Felices Amantes del Reír Conjunto, podría ser el eslogan inicial para conseguir los primeros adeptos dentro del mundo de los cuentachistes, y para congraciarse con la juventud puede usar para ella Fastuosos y Astutos Revoltosos Consuetudinarios, y si desea coquetear con todos los que usamos las redes sociales propongo un Fogosos Amigos de Relaciones Casuales.
Dicen y vuelven a decir que en este mes de marzo el presidente Santos alias blablablá y Timoleón Jiménez alias Timochenko firmarán un papel que dirá mil cosas y con el cual la historia colombiana tomará un nuevo rumbo: el posconflicto.
Dentro de nada a la salida de los supermercados
las señoras se pelearán con navajas y elementos cortopunzantes
para hacerse con el último rollo de papel higiénico
Hay quienes no creen y se justifican diciendo que el país se vende al comunismo barato de la demagogia bolivariana y caeremos en manos de Corea (la del norte, obvio) y ya dentro de nada a la salida de los supermercados las señoras (las señoras, si, dicen que las señoras…) se pelearán con navajas y demás elementos cortopunzantes para hacerse con el último rollo de papel higiénico que se consiga en el país. Pocos años después se cambiará nuestro divertido himno que habla de ublimes para cantar todos los niños del país al unísono La Internacional Socialista que habla de los parias de la tierra.
Y si comentas que no te gusta la tal paz, te encasillan directamente en el grupo y te conviertes en un facha de mano levantada.
O los otros, que visualizan el nuevo mundo y ya se discute si los nuevos senadores de las Farc deberán tener tres o cuatro guardaespaldas y si las narcotoyotas que el estado les asigne deben ser nuevas o de segunda. Y más adelante, ya tratando temas más superfluos y simples, se habla de las tierras y el poder y de esa palabreja recién inventada que se llama posconflicto y en donde, dicen sus defensores, Colombia será otra. Así, tal cual, Colombia será otra y el mundo nos mirará con respeto.
En temas religiosos soy ateo o agnóstico y en temas de posconflicto soy un ferviente escéptico.
Y lo soy, porque no creo en ninguna de las dos partes que van a firmar ese papel.
No creo en el gobierno. Me cuesta creer en un gobierno corrupto y sucio y que es ajeno a que los niños mueran por desnutrición. Suena demagógico y es demagogia pura y barata, pero no veo accionar en este asunto y menos en un tema tan candente como la salud pública. Hacen carreteras y aeropuertos, sí. Pero hay medio país que desconocemos y que el gobierno desconoce aún más. Este gobierno y todos los anteriores, aclaro.
Y menos creo en las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Farc. No creo que dejen el maravilloso y suculento negocio del narcotráfico, y menos si está ligado con la tenencia de una parte bien significativa del territorio nacional.
No creo, pero espero equivocarme.
Y por ello, para que todo salga bien y sin ánimos de posar como publicista, me limito a sugerirle a las Farc que ya en la era del posconflicto y las rosas, como fuerza política adopte cualquiera de estas siglas para que todos dejemos de pensar que son unos simples Facinerosos Animales Raponeros Cochinos:
Felices Amantes del Reir Conjunto, podría ser el eslogan inicial para conseguir los primeros adeptos dentro del mundo de los cuentachistes, y para congraciarse con la juventud puede usar para ella Fastuosos y Astutos Revoltosos Consuetudinarios, y si desea coquetear con todos los que usamos las redes sociales propongo un Fogosos Amigos de Relaciones Casuales.
Y ya, cuando estén coqueteando con los votos con el gran Cambio Radical, el eslogan puede ser Felicidad Austera para la República de Colombia.
Y hablando de …
Y hablando de austeridad, llama la atención el día sin carro en la ciudad de Bogotá. Solo van los buses del servicio público, taxis y, oh sorpresa, las narcotoyotas blindadas. Curioso país…