De los veinte meses que estuvo como Alcalde de Yopal, John Jairo Torres despachó catorce de estos en La Picota. Incluso cuando ganó las elecciones en octubre del 2015 acababa de ser detenido por el delito de urbanización ilegal: construyó casas y vendió 10 mil lotes en un terreno que desde el 2012 la Fiscalía ocupó con fines de extinción de dominio ya que los dueños eran dos hermanos investigados por ser testaferros del narcotraficante Germán Gonzalo Sánchez alias Coletas.
En todo el Casanare este hombre de 40 años que apenas llegó a séptimo de bachillerato se hizo famoso por un toldo frente a la plaza de mercado de Yopal donde vendía ropa interior femenina y en solo cinco años pasó a tener un local de 1.000 metros cuadrados al que bautizó Caricias íntimas. Desde entonces toda la ciudad lo empezó a conocer como John Calzones, uno de los hombres mas ricos del Casanare. Es dueño del mejor hotel, ocho volquetas, dos retroexcavadoras, quince camionetas, docenas de caballos appaloosas y apartamentos en Bogotá. De todas sus pertenencias las que más disfruta son una lancha para pescar en el río Cusiana y un jeep Willis con una metralleta .50 que dispara balas de salva. De esa manera saluda a todo el mundo en Yopal, incluida la policía.
John Calzones fue detenido por primera vez desde el 19 de octubre hasta el 3 de diciembre del 2015. Se posesionó como alcalde pero el 6 de marzo fue vuelto a capturar, junto a su esposa Dora Emilce López, para responder por el delito de activos. Tres días después fueron puestos en libertad cuando el juzgado 72 de garantías consideró que no existían méritos para mantener preso al alcalde ya que no representaba un peligro para la sociedad ni existía riesgo alguno de fuga. El 5 de julio del 2016 un juez de Bogotá emitió una tercera orden de captura. Esa vez, acusado de haber incrementado injustificado su fortuna sin explicación alguna en $50 mil millones, duró un año entero. Entre las rejas fue protagonista de varios escándalos. Decían que sus fiestas dentro del penal eran atronadoras y que oficiaba como alcalde a pesar de estar detenido.
El 13 de junio del 2017 John Calzones volvió a quedar libre esta vez por vencimiento de términos. Adepto a aparecer en titulares de prensa las dos primeras cosas que hizo una vez estuvo libre fue pedir que le subieran el sueldo, ya que le parecían muy poquitos 7 millones de pesos mensuales para un municipio de las características de Yopal y lo otro fue trasladar la oficina del palacio municipal a una casona vieja donde funcionó un restaurante a pocos metros de la alcaldía. La razón de la mudanza era que quería alejarse de los malos espíritus que habían traído la corrupción del gobierno de Luz Marina Cardozo y de su jefe de planeación Juan Carlos Suarez en los 11 meses que duraron en el cargo mientras lo reemplazaban.
Su regreso como alcalde de Yopal fue breve. Ya no tenía como seguir soportando el sueño de darle casas a 10 mil familias en la ciudadela La Bendición. Tampoco podía construir, desde el cerro donde están esos lotes, la Bibia de cemento mas grande del mundo. Otra de sus excentricidades. En Yopal, una ciudad de 150 mil habitantes, hay 57 iglesias cristianas. A todo el que quería oírlo le rumiaba el resentimiento que le causó el haber sido despreciado por Oscar Iván Zuluaga a quién, según él, le ayudó económicamente en las pasadas elecciones y le puso más de 40 mil votos.
A la Casona cercana a la alcaldía en donde despachó como un dictador en desgracia la gente seguía pidiéndole favores y el los otorgaba. Estaba decidido a revocar la condena de 24 meses que caía sobre él por urbanización ilegal y sacarse encima las investigaciones de enriquecimiento ilícito que podían meterlo una vez mas preso, pero el pasado 6 de septiembre la Corte Suprema de Justicia se hizo sentir: rechazo la demanda de casación y ordenó su detención que hizo efectiva la gobernadora del Casanare Doris Bernal Cárdenas. Había concluido su reinado.
Paradójicamente sus abusos y corrupción le abrieron la puerta a un cambio en Yopal y los ciudadanos eligieron a Leonardo Puentes, un politólogo de la Universidad Nacional que se impuso precisamente con su promesa de lucha contra la corrupción.
