Son ya 10 años de la partida definitiva de Gabriel García Márquez. Y Colombia lo extraña. Por eso, los homenajes no cesan. Hay charlas, tertulias, conferencias y encuentros de sus admiradores. Pero la FilBo 24 rompe tradiciones y da paso a la gastronomía, reflejada en sus obras, al tiempo que realiza una programación que resalta el buen sabor.
Antes de pasar a la mesa, recordemos “El coronel no tiene quien le escriba”, ligado a la mazamorra de maíz. O, la alboronía, un plato típico que se ofrece en “El General en su laberinto”. Pequeñas muestras de alguien que supo conjugar el trabajo literario con el placer de la vida.
¿Qué comida le gustaba a nuestro Premio Nobel? Como buen costeño, disfrutaba la comida caribe, representada por las carimañolas, patacones, pescados fritos y el arroz con coco. ¿Y qué tomaba? El café que estuvo en muchos de sus libros. Era así como no perdía oportunidad para saborear un buen tinto en sus momentos de descanso laboral. Se menciona, en Caracas, el Gran Café de Sabana Grande, y la pastelería Normandía, cerca de la Torre de Prensa de la entonces Cadena Capriles, finales de 1957.
Una publicación titulada “Animal Político”, recuerda que en “Cien Años de Soledad” se hace alusión al café sin azúcar como lo preferían los Buendía en todo momento. Y no se olvida que al coronel Aureliano Buendía intentaron matarlo con un café cargado de estricnina. O cuando Santa Sofía de la Piedad lo encontraba absorto en la lectura y le llevaba al amanecer su taza de café y un plato de arroz con tajadas de plátano frito.
¿Y qué tal en “Buen viaje señor presidente” de los “Doce Cuentos Peregrinos” (1992), cuando al ex presidente le prohíben comer carne, mariscos y tomar café, pero la inminencia de la muerte le hace rendirse ante una taza “a la italiana como para levantar a un muerto”?
Cambiando de tercio, matizamos en Rio de Janeiro, en la Fábrica Bhering, tradicional factoría de golosinas y chocolates, inaugurada en 1934 y que, en 2007, tras dos décadas de abandono, la ocuparon medio centenar de artistas. Allí, los seguidores de García Márquez se citan para degustar las comidas y el café en veladas con vallenatos y cumbias. Otra iniciativa fue la puesta en marcha del “Café Gabo”, inaugurado en 2016 para homenajear al novelista de Aracataca.
Sigamos. Ya es hora de pasar a la mesa en compañía de cocineros, editores, investigadores, periodistas y actores de la cadena del libro para hablar de literatura, cultura y gastronomía. Verdadero placer recorrer las regiones colombianas mirando, admirando y disfrutando los platos típicos de cada lugar. Aparte de García Márquez, en días pasados se disfrutó de “La Vorágine”, al tiempo que se analizaba la inflación de los precios y el potencial de Colombia en el extranjero.
¿Y cómo? En la Carpa Colombia a la Mesa, no se lo pierdan; Libros para Comer, espacio organizado por la FilBo 24 y la Cámara Colombiana del Libro, en alianza con el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo y el Fondo Nacional de Turismo (FONTUR). La fiesta de la cocina y el libro arrancó el 18 de abril y continuará hasta el 2 de mayo, cierre del gran evento ferial Todo un espectáculo llevando los platos de los libros a la realidad y los paladares.
Para todos aquellos que gustan de las obras literarias y la buena mesa va una corta lista de los eventos programados:
26 de abril, 3:30 pm: Encuentro culinario La Gastronomía del Caribe Migrante. El especialista Heberto Eljach hablará de sus ancestros libaneses y la herencia gastronómica que le legaron.
29 de abril, 4:30 pm: Una mesa para Gabo, a cargo del cocinero Charlie Otero.
Para mayor información, ingresar a la página web www.feriadellibro.com
