Aunque “filantropía” significa amor por la humanidad, la palabra se asocia a la donación de parte de dinero para causas sociales. Desde empresarios hasta artistas han entregado parte de su fortuna. Por ejemplo, Bill Gates a su fundación que es una de las más grandes del mundo. No se quedan atrás estrellas como Angelina Jolie, el cocreador de los Simpsons, Sam Simon, Michael Jackson, Meryl Streep y la misma Shakira. En Colombia y el mundo, un sinfín de organizaciones no gubernamentales e incluso gubernamentales son apoyadas por la Fundación Ford que nació de la filantropía de la familia Ford, aunque hoy es independiente.
La inversión en proyectos que buscan beneficios sociales es pan de cada día. Son flujos muy altos de dinero que tienen el potencial de causar grandes cambios. Pero también tiene dificultades, como que se entregue dinero sin preguntarle a la gente que lo recibe si lo quiere y para qué.
“Filantropía Transformadora” fue creada 2009 por líderes empresarios. Lo que busca es que todo ese flujo de dinero realmente tenga impactos, de tal forma que propone métodos para medirlos y escenarios para analizar y compartir las experiencias y los errores.
Un aprendizaje importante, explicado por Samuel Azout, quien fue director de la Agencia Nacional de la Superación de la Pobreza, es que deje de haber llaneros solitarios y que en cambio, entre todos los actores haya colaboración para alcanzar los objetivos de desarrollo, que para Azout, “no se puede imponer. Se debe construir un modelo que involucre la participación comunitaria desde la consulta hasta el diseño y la implementación”.
Filantropía transformadora parte de la base de que el capitalismo tradicional no es sostenible porque es una causa de inequidad y destrucción del medio ambiente.
Estas ideas fueron el telón de fondo del encuentro el 23 de octubre en Medellín sobre Filantropía transformadora, donde líderes e instituciones filantrópicas de Colombia y Estados Unidos compartieron tendencias y perspectivas sobre la inversión social. Los expertos coincidieron en que en los próximos años la inversión social debe ser más colaborativa, innovadora y estratégica.
El seminario en Medellín, organizado entre otros por Give to Colombia, Fundación Social, el BID y la ANSPE, que además contó con la participación del Gobernador de Antioquia Sergio Fajardo, sirvió como espacio para que empresarios y empresarias reflexionaran sobre sus estrategias de su inversión social.
Una de las principales tendencias identificadas con relación a Colombia es que la filantropía debe enfocarse en educación, desarrollo rural e integración social con énfasis en la población afectada por el conflicto armado.
En el seminario se mencionaron como mejores prácticas y tendencias las alianzas entre donantes y empresas que buscan tener impactos sociales y ambientales y en todo caso un enfoque estratégico y flexible.
Así mismo, se resaltó la importancia de apoyar y fortalecer organizaciones que sirven como “columna vertebral” de los procesos colaborativos. Se destacó la importancia de involucrar a otros actores para fortalecer procesos comunitarios y brindar asistencia técnica.
El rol del Estado también se hace importante en estas alianzas porque puede articular mejor la oferta de servicios que tiene hacia las poblaciones más vulnerables si lo hace en alianza con otros y también porque entidades como la ANSPE cuentan con información detallada y actualizada sobre las comunidades que sirve para que el impacto sea más efectivo.