Latinoamérica tiene una maldición de 90 años. Su nombre es Fidel Castro, el peor tirano que ha conocido la región en los dos últimos siglos. La propaganda comunista dice que: “desde 1959 hasta el 2007, el gobierno de la revolución cubana contó 638 atentados fallidos contra su máximo jefe” lo cual es una cifra fantasmagórica para mostrar la “invencibilidad del comandante” siguiendo la superstición marxista y sobredimensionando la imagen del dictador, porque la única acción que se cree que es cierta fue desmantelada por el propio FBI en 1979, cuando Castro estuvo en la ONU y se le pretendía lanzar una pelota de softbol con explosivos al paso del automóvil. Así que el mito de los atentados busca sublimar al dictador al final de sus días, cuando la única verdad es que Fidel Castro ha sido el peor sátrapa de Latinoamérica en los dos últimos siglos.
El marxismo como padre del odio, la mentira y la muerte, es propio de individuos como el dictador cubano, quienes asumen el crimen como la mejor manera de hacer “la revolución” teniendo una moral de bestias, envileciendo a las masas y conduciéndolas a la esclavitud, con la fabula del bien para el pueblo ¿cuál pueblo? ya que dentro de la jerga marxista la palabra pueblo tiene dos significados, uno es el social en donde están las masas que son despreciables para los comunistas y se usan para lograr los objetivos de sus elites, y el otro pueblo es el político que puede ser un reducido grupo de compinches el cual busca someter mediante la violencia a las mayorías, lo que Lenin llamaría “revolucionarios profesionales” que en el poder se convierten en camarillas y nomenclaturas, pues no hay que olvidar que el comunismo totalitario maneja su propia semántica, y las palabras para sus miembros no tienen el mismo significado que para el resto de mortales.
Las atrocidades de Fidel Castro en contra del pueblo Cubano y de Latinoamérica son monumentales, porque no solo los isleños han tenido que resistir la perversidad de ese personaje, sino que la región ha soportado toda clase de conspiraciones en contra de la libertad y la democracia, habida cuenta de que Castro como peón de brega del imperio soviético en plena guerra fría, colaboro con la creación de 26 grupos guerrilleros en 13 países de Latinoamérica en la década de los sesenta, sin descontar su participación el 9 de abril de 1948 en el Bogotazo con el asesinato de Jorge Eliecer Gaitán, en donde para la época ya era comunista según afirmación del propio Fidel Castro en el Vll congreso del partido comunista cubano el pasado mes de abril, quien dijo que tenía alrededor de 20 años cuando abrazo esos dogmas y en los sucesos del bogotazo tenía 21(nació el 13 de agosto de 1926)
Además según el periodista Carlos Franqui(1921 – 2010) quien acompaño a Castro en sus aventuras desde la toma del cuartel Moncada en 1953 hasta 1968 y murió en el exilio, afirmaba que fue evidente la conspiración comunista en el asesinato de Gaitán, como una chispa que prendería la pradera para la insurrección popular y toma de poder, resaltando que para el marxismo el crimen es su credo, pues no solo es el responsable de más de 100 millones de asesinatos en el último siglo, sino que también no se puede olvidar la vindicta que practico Stalin en contra de Trotski mandándolo asesinar por Monard- Mercader, quien después de pagar algunos años de cárcel en México en donde cometió el crimen en 1940, fue protegido por Fidel Castro en Cuba cuando ya se encontraba en el poder.
El fascismo que es hijo del marxismo, porque se debe de recordar que Mussolini su fundador, era un marxista que nunca renuncio a ello, es una práctica propia de Fidel Castro, pues no hay que olvidar que el sátrapa cubano montó su circo romano después del triunfo de la revolución, y de manera desalmada que es la mínima calificación que se le puede dar a semejante individuo, en una gigantesca concentración en La Habana después de arengar a la multitud, Castro le planteó: “ aquellos que estén de acuerdo para que los contrarrevolucionarios sean fusilados, que levanten la mano” entonces se reanudo la pena de muerte que desde hacía años no existía en Cuba, dando rienda suelta a la bestialidad y el odio propios del marxismo leninismo.
Fidel Castro quien ya frisa los 90 años, fue un lacayo del gobierno soviético, al mandar a miles de mercenarios cubanos al África en la década de los setenta del siglo pasado para defender los intereses de la URSS, con el cuento del “internacionalismo proletario” siendo eso un ultraje a la civilización y la libertad de las naciones, violando la independencia de los países y la autodeterminación de los pueblos, mostrando como el comunismo totalitario no ha respetado las normas internacionales, ya que sus intereses los ubican por encima de la convivencia humana.
Fidel y Raúl Castro plantearon: “que así como el opio sirvió para las guerras coloniales en Asia, entonces nada más justo que los pueblos devolvamos esa acción con venganza histórica”. Nos imaginamos que con la cocaína, por ello en la década de los ochenta de siglo XX, estuvo el gobierno de Cuba involucrado en el narcotráfico hacia USA con el cartel de Medellín, pero pérfidamente siendo un asunto del alto gobierno de la isla, tomaron como chivos expiatorios al general Arnaldo Ochoa “héroe de Angola” y a otros tres militares quienes fueron fusilados el 14 de julio de 1989, para no tener problemas mayores con el gobierno de Estados Unidos.
Desde que se conoce la historia, los déspotas se han inventado atentados en su contra, para mostrarse como inmortales o para perseguir a sus adversarios, de ahí que los soflamas sobre los 638 atentados en contra del dictador Castro son cortinas de humo para tener a la población adocenada y enajenada, resaltando que tanto Hitler como Mussolini se inventaban atentados para tener temerosas a las personas. En Latinoamérica copiaron ese truco el difunto Hugo Chávez y al actual presidente de Venezuela Nicolás Maduro, quien se desgañita diciendo que le van hacer un atentado, claro que no hay que olvidar que para el marxismo leninismo las mentiras y las acciones inmorales son sus principios, y el tirano de Fidel Castro es el máximo exponente de esas prácticas abyectas, siendo responsables de más de 200 mil asesinatos en Cuba e incalculables en otras partes del mundo.
Por lo anterior cuando fallezca Castro la historia no lo absolverá por ser asesino de miles de seres, torturador de pueblos y tirano implacable.
@arielpenaG