En sus 90 años tuvo multitud de amantes y su fama de conquistador es sólo equiparable al mito de su figura política. Su segunda esposa, Dalia Soto del Valle, estuvo junto a él hasta el final.
Se le atribuyen una decena de hijos, aunque la cifra no se conoce con exactitud, a un hombre con un 'ejército de amantes revolucionarias'.
A lo largo de sus 90 años, atesoró grandes amores, alguno de ellos confesables y otros ocultos de cara a la galería, aunque han ido adquiriendo diferentes grados de protagonismo con el paso del tiempo tras conocerse su estrecho vínculo con el mandatario.
Pese a que era un hombre muy celoso de su intimidad, la decena de hijos que ha traído al mundo y el hecho de que no exista realmente una cifra exacta de vástagos porque hay muchos más fruto de relaciones extramatrimoniales, dan buena cuenta de la pasión del dirigente cubano por las mujeres. De hecho, según el 'New York Post',Castro llegó a compartir juegos de alcoba con más de 35.000 mujeres, una elevada cifra que evidenciaría que ha sido un gran conquistador en el terreno amoroso, más allá de su alargada figura política.
Celoso de su vida privada
Mucho se escribió sobre el revolucionario, el guerrillero, el gobernante comunista, el enemigo declarado de Washington, pero a pocos dejó entrar en su vida privada, por razones de seguridad y por su decisión de no mezclarla con la política.
El misterio lo acompañó siempre. Incluso en su último tiempo, aquejado por la crisis intestinal que el 31 de julio de 2006 lo llevó a delegar el poder en su hermano Raúl, fue casi nada lo que se supo de su repentina enfermedad.
De su estado de salud, que en un inicio declaró "secreto de Estado", sólo estuvieron al tanto su mujer, Dalia Soto del Valle, su hermano Raúl, los médicos y un pequeño círculo de funcionarios y amigos, como el presidente venezolano Hugo Chávez, que falleció en 2013.
Los cubanas no supieron casi nada de su intimidad
Los cubanos casi nada supieron de la vida privada del Comandante en Jefe, ni siquiera que tuvo ocho hijos -conocidos-, aunque algunos elevan la cifra a 10, y otras fuentes la sitúan en cifras disparatadas, y apenas se percataron de que empezó a aparecer cerca de Dalia o algún hijo, en las pocas actividades públicas que tuvo tras enfermar.
El barbudo guerrillero que en 1959 puso fin a la dictadura de Fulgencio Batista, trató de evitar a toda costa que Fidel, el hombre, fuera blanco de entretenimiento o de ataque de sus opositores.
"Es tal el pudor con que protege su intimidad que su vida privada ha terminado por ser el enigma más hermético de su leyenda", dijo en una ocasión su amigo, el escritor colombiano y Premio Nobel, Gabriel García Márquez, fallecido en 2014.
Recientemente,uno de sus guardaespaldas ha asegurado "La delgadez, más que el pelo rubio, ha sido el criterio fundamental "en la elección de amantes de Fidel.
Mirta Díaz-Balart, su primera esposa, y 'Fidelito'
Se casó el 12 de octubre de 1948 con Mirta Díaz-Balart, estudiante de filosofía, hija de una familia influyente y madre de su primogénito Fidelito, físico nuclear, nacido el 1 de septiembre de 1949.
Fidelito, que tiene un gran parecido a su padre, estudió en la antigua Unión Soviética bajo otro nombre y fue secretario ejecutivo de la Comisión de Energía Nuclear de 1980 a 1992.
En 1954, mientras estaba preso por el frustrado asalto al cuartel Moncada del 26 de julio de 1953, Castro se enteró de que Mirta figuraba en la nómina del Ministerio del Interior (cobraba salario sin trabajar) de Batista, por lo que le pidió el divorcio y le disputó la patria potestad de 'Fidelito'.
Natalia Revuelta, 'Naty'
En sus años de lucha clandestina contra Batista conoció a Natalia Revuelta, 'Naty', hermosa rubia de mirada felina, con quien tuvo a Alina Fernández, la llamada "hija rebelde", nacida el 3 de marzo de 1956, y quien en 1993 salió de la isla con falsa identidad hacia a Miami.
Según la escritora brasileña Claudia Furiati, autora de una biografía consentida del líder cubano, a mediados de 1955 Castro se relacionó con María Laborde -ahora fallecida-, activista de su movimiento revolucionario y madre de su hijo Jorge Ángel, químico de profesión.
Castro y Ava Gardner
Para entonces ya era 'mítico' su atractivo para las mujeres, se le atribuyen múltiples romances con compañeras de la revolución, e incluso, con otros mitos como él, en este caso del séptimo arte, como Ava Gardner.
Para Marita Lorenz no era un gran amante
También tuvo relaciones, a finales de los 50, con Marita Lorenz, por ejemplo, quien dijo de él que no era un buen amante, Lorenz sostiene, que Fidel Castro ha sido el gran amor de su vida, a pesar de asegurar que no era un buen amante. "Era más interesante durante las caricias que durante el acto sexual propiamente dicho. Pero los dictadores son todos así", sostiene desde la experiencia que le proporciona haberse relacionado también con el venezolano Marcos Pérez Giménez.
"Fidel era un narcisista. Le encantaba mirarse al espejo mientras se acariciaba la barba. Le faltaba confianza en sí mismo o, mejor dicho, necesitaba ser adulado y mimado, como un niño pequeño", cuenta la ex amante de Fidel Castro.
Lorenz vivió en la suite 2.408 del hotel Hilton de La Habana (donde también residían Fidel, Raúl y Ernesto Che Guevara) entre marzo y noviembre de 1959, cuando Castro aún no había roto con EE UU ni se había unido a la URSS.
La amante de Fidel Castro era consciente de que la relación no acabaría en boda. "Estoy casado con Cuba", le decía el Comandante. Pero Marita quedó embarazada sin importarle las consecuencias. Su hijo le fue arrebatado. Lo conoció en 1981: “lo vi cuando visité a Fidel por última vez, tras 20 años de separación”, asegura. "Me dijeron que había sufrido un aborto, pero el ginecólogo de Nueva York me habló de un parto provocado. Lo del aborto era falso. El embarazo estaba casi a término y mi hijo nació cuando yo estaba en coma en Cuba. Es un chico. Creció allí y se llama Andrés Vázquez".
Posteriormente, Marita fue contratada por la CIA para matar a Fidel, "no pude hacerlo", reconoce "seguia enamorada de él".
Dalia, madre de cinco de sus hijos
En 1961 conoció a Dalia Soto del Valle, una rubia de ojos verdes, unos 15 años menor que él, que era maestra en la campaña de alfabetización. Ella es la madre de cinco de sus ocho hijos conocidos: Alejandro, Alex, Antonio, Alexis y Ángel, y quien ha acompañado a Castro hasta el final de sus días.
Antonio es médico ortopedista y fue vicepresidente de la Federación Internacional de Béisbol, Alex es fotógrafo, Alexis programador informático, Alejandro también especialista en computación y Ángel mecánico.
Como anécdota, cuentan sus biógrafos, la fijación por los nombres con "A" le venía a Fidel de su segundo nombre, Alejandro, con el que se identificó en su época de rebelde en la Sierra Maestra; de "Ángel", su padre; o de su admiración por Alejandro Magno.
Entregada su vida por completo a la causa de la revolución, el tiempo para sus hijos y nietos no fue mucho, aunque, según dijo al cineasta estadounidense Oliver Stone en una entrevista en 2003, trató de aprovecharlo al máximo.
Un caballero con las damas
Aunque era un hombre solitario, muchos amores marcaron la vida del comandante, según Furiati. Amigos y enemigos le reconocieron ser un caballero con las damas y varias extranjeras escribieron recuerdos elogiosos sobre encuentros con él.
Celia Sánchez, 'la primera mujer guerrillera'
Pero sin duda una de las mujeres más importantes de su vida fue Celia Sánchez, a quien conoció en 1957 en la Sierra Maestra. Primera mujer guerrillera, mano derecha, confidente y aliada, hizo cumplir sus órdenes al pie de la letra, fue su secretaria personal hasta que murió de cáncer en enero de 1980. Solo contadas veces Fidel habló de sus relaciones, pero reconoció en una ocasión que tuvo "una vida con amor".
*Tomado de La Información de México