En la mañana del domingo 19 de marzo un grupo de encapuchados se tomó la catedral primada de Bogotá para protestar contra los abusos y la corrupción de la iglesia, de acuerdo con lo que dicen las informaciones de prensa.
No había terminado de ocurrir el hecho cuando ya el candidato del uribismo, Federico Gutiérrez, Fico, se pronunciaba en sus redes manifestando que este era un evento organizado por el Pacto Histórico, en cabeza de su candidato presidencial Gustavo Petro. Un acto de expropiación de la fe, dijo Fico con la estupidez que lo caracteriza.
Vuelve Fico a mostrar que ante su falta de argumentos, su poca sabiduría, la pobreza de sus exposiciones cuando tiene que enfrentarse a un debate con el candidato del Pacto Histórico, lo único que le queda es la mentira, la difamación y la intención de enlodar la imagen de quien sabe de antemano que, si juega limpio, lo derrotará en las urnas.
Se equivoca la nueva versión de Duque que Uribe nos quiere empaquetar para mantenerse en el poder durante cuatro años más. Esta vez el pueblo no le va a comer cuento ni le va a conceder que sigan llevando el país a la deriva.
Los votantes de hoy son conscientes de la debacle que ha sido el que dijo Uribe, que deja un país más desigual, con más de 3.500.000 nuevos pobres, sumido en la corrupción y bañado en sangre por el retorno inusitado de la violencia, que nos regreso a cifras de casi veinte años atrás.
No hay que permitir que de nuevo con mentiras, compra de votos y engaño al elector otra vez nos quiten la esperanza.
Ya dimos un paso significativo en las elecciones de Congreso del 13 de marzo. Que el próximo 29 de mayo sea el límite para que se concrete de una vez por todas el triunfo de las fuerzas progresistas y se haga realidad el sueño de una Colombia para todos y no solo para los pocos que hasta ahora se han privilegiado.
