Federico Gutiérrez tiene un estilo muy particular de comunicar sus ideas. Suele mezclar el tono altivo de Uribe con un arraigo coloquial que lo acerca al ciudadano de a pie. Tras su salida de la alcaldía de Medellín (con una altísima popularidad) y el estruendoso fracaso de Santiago Gómez, el burócrata con quien se jugó a fondo su sucesión en la alcaldía, volvió a aparecer en un medio nacional para hacer lo que bien sabe hacer: cazar pelea con Petro y llamar la atención. En los últimos meses se ha dedicado a publicar una columna semanal en el periódico El Colombiano y a dictar clases virtuales en la Universidad del Rosario, no ha polemizado en ningún grado con Daniel Quintero y queda claro que está diseñando la estrategia con la que busca convertirse en un referente de primera línea en la elección presidencial de 2022, a la cual espera llegar convertido en el redentor de la derecha conservadora (de capa caída tras los escándalos de Marta Lucia) y en un bendecido del uribismo. No cabe duda que Fico tiene la mirada puesta en al Casa de Nariño y todos sus movimientos están direccionados a ese objetivo.
En la entrevista fue cauto y prudente con Duque. No cuestionó su manejo de la pandemia ni se quiso referir a la neñepolítica o los escándalos que han rodeado a la vicepresidenta. Sabe que Duque ha desgastado al uribismo y que su imagen desfavorable es muy alta (opacada por el coronavirus), pero no toma distancia radical porque le conviene estar cerca del presidente. No tan cerca como para aceptarle un Ministerio ya que sabe que saldría en poco tiempo (para no inhabilitarse) con el San Benito de cargar con el lastre de un gobierno impopular. Tampoco hay que olvidar que viene de generar malestar en el uribismo antioqueño porque el sector del exgobernador Luis Alfredo Ramos considera que su férreo apoyo a Santiago Gómez (un candidato que siempre fue inviable) le restó apoyos claves a Alfredo Ramos y permitió a la postre que Quintero (un antiuribista y opositor) ganara la elección. Dentro del uribismo Fico es muy cercano al denominado grupo de “Los Paolos” que dirige la radical senadora Paola Holguín, pero sigue generando resistencia en el ramismo.
Lo curioso de la entrevista fue cuando se le preguntó por ciertos líderes: Claudia López, Fajardo y Petro. De todos resaltó lo negativo y fue particularmente agresivo con Petro (al que calificó como el coronavirus de la política). Fico ya ha cazado pelea con Petro y tiene muy claro que es un activo que lo acerca al uribismo y que poco afecta su perfil en Antioquia, donde Petro no es un jugador estratégico y tal vez no gozará de grandes apoyos de cara al 2022. Sobre Fajardo si resulta curiosa su percepción, Fico fue muy cercano a Fajardismo en sus inicios y ahora lo tira a la “izquierda” resaltando implícitamente su tibieza. Si su posición no forma parte de un libreto esto echa por la borda una hipotética fórmula Fajardo – Fico. Queda claro que Fico se va a presentar como el adalid de la derecha conservadora, un hombre de familia (no es gratuito el retrato de su familia a su costado durante la entrevista), con simpatías con el uribismo (no militante o partidista como Duque) y la respuesta a la izquierda en la que ya encasilló a Fajardo, Claudia y Petro.
Aunque escuchar a Fico hablando de la alcaldesa de Bogotá y de Petro resulta curioso, no se entiende por qué José Manuel Acevedo no le preguntó por aquello en lo que tendría más autoridad, es decir, por Antioquia. Ni una sola mención al alcalde Daniel Quintero, quien según encuestas goza de una alta imagen favorable, pero que en las últimas semanas se ha visto envuelto en varias polémicas, ¿Por qué la omisión?, ¿Qué piensa de su sucesor? ¿Acaso, tiene que ver con el hecho de que Quintero este gobernando con el uribismo y la derecha antioqueña? ¿De Quintero depende conservar su legado? Tampoco se le preguntó por Uribe, su padrino político y quién lo impulsó como su candidato en su primera aspiración a la alcaldía en 2011. Más que una entrevista fue parte del Show de Fico y el estilo comunicacional que adoptará en su camino para llegar a la presidencia: atacar a Petro, encasillar a sus oponentes en la izquierda y presentarse como el redentor de la derecha conservadora y el uribismo. Así empieza el fico style rumbo a la Casa de Nariño.
