Pese al pésimo humor que demuestra habitualmente, Fernando Londoño no está lejos de ser un humorista. En efecto, verlo hablar desde su estudio sobre lo que observa en la realidad que lo tortura es como ver una versión viva del célebre Godofredo Cínico Caspa. Con sus trajes elegantes y esa imagen de tipo duro y boquiflojo que le dieron los años que lleva defendiendo lo indefendible, se ganó el corazón grande de miles de uribistas que ven en él un líder inteligente, un hombre recio que con su facilidad discursiva podría echar abajo las falacias del comunismo internacional como si fueran acciones de una empresa pública. Con tres videos subidos y más de un millón de visitas en uno de ellos, Lo que se viene, en el que hace unas predicciones apocalípticas sobre los avances del castro-chavismo, Fernando Londoño ha dado bastante lata en las últimas semanas.
Aunque los videos son extremadamente largos y en ellos se abusa del recurso de mostrar una argolla para hacer costuras entre las imágenes, la prensa que no tan secretamente apoya al caudillo de la mano firme ha salido a pagar tributo difundiendo las parábolas del filósofo caldense y haciendo de ellas un escándalo innecesario. De hecho, sobre el discurso de Fernando Londoño no vale la pena detenerse. Los argumentos caducos que él ve en el castro-chavismo que lo atormenta en las noches, huelen a nuevo comparados con el rancio discurso greco-quimbaya con el que el culebrero Londoño trata de convencer a quienes lo siguen (son pocos los que conocen su prontuario) de que los males de Colombia han sido provocados en su totalidad por una oscura alianza entre el Imperio cubano, la KGB y una misteriosa organización que sus pupilos llaman 'comunismo internacional'. Tras parar el video antes de completar tres minutos, sabiendo de sobra que quince son demasiados, cualquiera siente curiosidad por saber qué más hay en el canal de tan polémico y aguerrido autor intelectual del uribismo.
Hace falta husmear en busca de suscripciones a canales de la ultraderecha de Miami, de skinkeads neonazis cundiboyacenses o de aficionados a los caballos de paso, para encontrarse con una sorpresa mayúscula. Sin sospechar que más tarde ese canal le serviría para subir los videos con los que ha querido incursionar en el mundo del entretenimiento en internet, Londoño se dedicó a coleccionar una serie de éxitos musicales en su lista de 'favoritos'. Seguramente inexperto en las lides de la modernidad que, de no ser por esto de la música cursi, detestaría como cualquier buen recalcitrante posmoderno, Fernando olvidó especificar que esa lista debía ser privada e, inocentemente, nos regaló una exquisita selección de la música que logra moverle el alma (porque, al parecer, tiene una). Una lista de más de treinta temas elegidos por una de las voces más agresivas del universo uribista deja una imagen rara de él.
Hablar de humanización sería demasiado, pero es sorprendente pensar que alguien con semejante discurso tiene sentimientos y es amante de las canciones románticas de artistas como Vicky o Nicola di Bari. Como si ver la personalidad romántica de Londoño fuera poco, dentro de su lista de canciones aparece otra matriz un tanto más oscura que tiene que ver con cierta nostalgia política. Muchos de sus copartidarios, de hecho, describirían sus gustos como los de un 'mamerto': 'Café y petróleo' de Ana y Jaime, 'La mula revolucionaria' de Pablus Gallinazus o 'Hijo de ramera' de Manolo Galván, dejan ver una faceta del aguerrido uribista que, de todas formas, no lo deja mal parado junto a un Uribe poeta. A quien quiera disfrutar de la música que disfruta Londoño, aquí le queda encargada: