La arremetida del cuestionado exministro Fernando Londoño en contra del presidente Iván Duque y Carlos Holmes, su canciller, parece ser más un ataque personal que político. La impotencia de haberse quedado totalmente por fuera del gobierno, sin burocracia, contratación y derecho a opinar, lo convirtieron en un opositor aún más recalcitrante que los de izquierda.
Londoño afirmó esta semana que Duque y Holmes eran peor que Santos porque no habían interferido en el proceso judicial de Andrés Felipe Arias para evitar su extradición a Colombia. En pocas palabras, el exministro se refirió al presidente y a su canciller como unos traidores por respetar la democracia y las instituciones.
Es importante recordar que Londoño Hoyos fue condenado en el pasado por el desfalco de Invercolsa y sancionado por la Procuraduría por corrupción con una inhabilidad de 15 años para ejercer cargos públicos. También que Londoño ha sido, quizá, el colombiano que con mayor radicalidad se ha opuesto a la paz, a la deliberación con la izquierda y sectores sociales del país, y que ha tenido un discurso que raya con lo dictatorial y fascista.
¿Qué le hizo pensar a algunos integrantes del Centro Democrático que una vez posesionado Duque recibirían de la “mermelada” que tanto le criticaron al gobierno anterior? ¿Están en ese partido por convicción o esperando recibir de los triunfos de otro?