A los 90 años, Fernando de Szyszlo sigue pintando con el mismo convencimiento y mismo amor a la pintura en óleo, al dibujo y al grabado. Distintos oficios que utiliza para trasmitir sus obsesiones. Dentro de lo contemporáneo, los mapas y la geografía, él fue uno de los primeros en despertar unieres sobre la idea de las geografías y sus territorios peruanos y Szyszlo lo hizo desde el principo. Él interpreta El mar de Lurín con el Camino a Mendieta.
Entendió con vehemencia y la fuerza que la geometría americana era un legado universal, supo que en las traducciones de Aguedas cómo podía reconocer las voces del silencio en la muerte de Atahualpa que, es otro aporte a lo contemporáneo dentro de la pintura.
Amigo de sus amigos y en su su mística angostica, se ha comunicado siempre con la filosofia surrealista que, como André Breton en francés quien comandó el grupo que creyeron en que el subconsciente, se es parte de la verdad. “Alguna vez -dice Szyszlo- André Breton reclamaba la búsqueda de una nueva belleza considerada para fines exclusivamente pasionales y confesaba su profunda creencia de sensibilidad para toda obra de arte que desde el primer contacto no le preocupara una perturbación física que llegara hasta el estremecimiento, y añadía que nunca me ha podido establecer una relación entre esta sensación y el placer erótico y no descubro entre ellas más que diferencia de grado”. Por eso Szyszlo pinta sus Mesas rituales. Mesas que unen el amor y la consagración. Lo universal es algo importante para que América sepa de sus ritos ancestrales.
En esta muestra trae nuevo. Su fuerza interna y su convicción de que somos humanos. “Mi relación con el arte –anota Szszlo- siempre ha sido del mismo género, que nunca ha buscado otra cosa que seguir ese hilo de Ariandna que idealmente me conduciría mejor, me podría conducir a esa región donde las formas no son sino la delgada y trasparente envoltura de significados palpitantes, y en donde el arte entra oscuramente en el mundo que se llamaba lo sagrado.
La bella exposición se encuentra en la galería Sextante en Bogotá hasta finales de año.
Publicada inicialmente el 5 de noviembre de 2016