Fui deportista de alto rendimiento toda mi juventud. Representé a mi universidad, a mi club, a mi departamento y a mi país en muchas ocasiones. Y aunque gran parte de mis éxitos (y fracasos) fueron el resultado de mi esfuerzo, mi dedicación y mi sacrificio (o la falta de ellos), por supuesto soy consciente de tantos otros factores externos que tuvieron una influencia grandísima. Entre ellos, el apoyo y acompañamiento de mis papás: fines de semana enteros bajo el sol y la lluvia solo para verme nadar dos minutos, levantadas a las 4:15 a. m. para llevarme a entrenar y después al colegio, pagar los viajes a los campeonatos, etc.
Entre todas esas cosas, me acuerdo de una cosa en particular: las porras que mamá inventaba para que todos las cantaran para animar al equipo. Bueno, básicamente lo que hacía era coger una canción famosa y le cambiaba la letra. Recuerdo muy bien una que se inventó en un campeonato infantil en Cartagena, usando la música de “Pachito E’ché”, una vieja canción que han cantado el Grupo Niche, Diomedes Díaz, Benny Moré y Celia Cruz:
♪♫ Pues sí señores esa es la verdad, que hay un equipo que vino a ganar.
Son aguerridos como un huracán y como aviones parecen volar.
¿Quién es, quién es? Ya lo voy a decir. ¿Quién es, quién es? Ya lo voy a decir…♪♫
Esta habilidad de transformar las letras seguro las heredó de mi abuelo, quien componía y era un gran conocedor de la música tropical. Por él, seguro, conoció también tantas canciones que transformó minutos antes de que saliéramos a desfilar durante la inauguración de los campeonatos a los que me acompañaba como Dama Acompañante.
¿Qué tiene que ver esta historia con el título de la columna?, se preguntarán. Ya voy llegando…
Mamá y papá fueron también deportistas cuando jóvenes. De hecho, se conocieron como integrantes de la Selección Antioquia de Voleibol. En uno de los campeonatos a los que mamá asistió, recurrió a su habilidad, tomó la melodía de una canción que seguro escuchó muchas veces en casa y la transformó para que el equipo la cantara. Desde que tengo memoria he escuchado a mamá contar la historia de La Chaua, una canción que por cuestiones del destino se volvió muy conocida en el ámbito deportivo en Antioquia. El papá de James resalta que “cantar la ‘Chagua’ es un orgullo. Ese es el himno de batalla, el himno de Antioquia”.
Y algo sorprendente pasó este último año. Esa canción que mi mamá “compuso” ha alcanzado una fama impresionante. Este artículo incluso dice que “hoy en día es el segundo canto más importante para los deportistas paisas después del Himno Antioqueño”. Cómo será, que hasta una banda de rock local, bastante popular, sacó una versión moderna (aparentemente patrocinada por la Gobernación de Antioquia):
¡Hm! Notarán que el video comienza diciendo lo siguiente: “En 1970 el profesor Ricardo Lagoueyte compuso la letra de La Chaua”. Mi mamá lo conoce, pues en ese entonces ya era preparador físico de la selección de fútbol. De hecho, hablando de la historia me dijo “yo compuse esa canción en 1966, para el Campeonato Nacional de voleibol en Tocaima. En 1970 no pude ir a los Juegos Nacionales en Ibagué, entonces Ricardo la cogió para fútbol”.
Si el profesor Lagoueyte la promovió y la hizo famosa, pues dejémosle ese crédito. Pero nadie anda por ahí diciendo que Fernán Martínez compuso La camisa negra, y mucho menos él mismo. El profesor Lagoueyte debió haber dicho, hace rato, que esa canción no es suya, aunque él la haya promovido con tanto empeño.
El profesor Lagoueyte debió haber dicho, hace rato,
que esa canción no es suya,
aunque la haya promovido con tanto empeño
A ver, que aquí no estoy buscando iniciar un litigio legal, porque no tengo ese interés y estoy seguro de que mi mamá menos. Y de lo de la fama, pues tampoco; las compañeras de equipo de la Selección Antioquia, y su familia, la reconocemos como su autora y con eso le basta. Pero claro, nos asombramos cada que dicen que es el profesor Lagoueyte, y más aún, cuando él no desmiente esa imprecisión. Tampoco es un tema económico; no creo que le estén pagando regalías por derechos de autor.
Lo que yo quiero discutir aquí es la parte ética. Si el señor no sabe (o no recuerda) quién compuso la canción, pues que simplemente diga que no sabe (o que no se acuerda), pero que no es suya. Que no se adueñe de algo que no es suyo. Eso tiene un nombre. ¿No le dará vergüenza? Nada malo pasará si lo hace, y la Selección seguirá cantando La Chaua después del Himno Antioqueño, acompañada de otras de sus porras preferidas. Todos seguirán sintiéndose orgullosos cuando entonen sus letras. Incluso cuando no ganen.
Hace poco la Selección Antioquia para los Juegos Nacionales le grabó un nuevo video, cantada por los mejores deportistas del departamento (“La Chaua: Himno de Selección Antioquia”), aún sin reconocer a la verdadera autora:
Me encantaría escuchar la historia del profesor, seguro tendrá una. Igual, aunque creo que sé la respuesta, me pregunto: ¿Por qué decir que algo es suyo, cuando no lo es? (Ojo que también se miente por omisión).
Publicada originalmente: 14 de noviembre 2015