En una entrevista realizada por la periodista Camila Zuluaga al señor Diego Silva, director del Instituto de Cultura de Bucaramanga, publicada en el periódico El Espectador, tratan el tema de las bibliotecas, ya que por estos días en los que la feria del libro FILBO acapara la atención de una enorme cantidad de personas y medios en el país.
Pues bien, yo también me uno a esta coyuntura donde resaltaré un tema tratado allí, el de 'Las donaciones'.
Primero que todo expongamos un punto de vista sobre las bibliotecas porque es importante dejar claro que existen muchas dudas con respecto al futuro incierto a largo plazo que tienen estos espacios para consultar libros o "depósitos de información", como lo denomina el señor Silva en la entrevista.
Algunos expertos aseguran que el formato físico de los libros vive su última etapa gracias a los formatos digitales o consultas virtuales, algo que a día de hoy para algunos es discutible ya que el papel goza de una enorme aceptación. Solo pregúntenle a un escritor para corroborar el enorme placer que siente al libro en papel impreso y ni decir de las editoriales, pero el futuro será otra la realidad querámoslo o no.
El cambio generacional y el mundo tecnológico actual indica que este salto digital se dará sin obstáculos y no será tan reacio para los jóvenes, tal cual nacieron con computadores, teléfonos inteligentes, tablets internet y la dificultad de aprendizaje tecnológica es casi nula en este sector poblacional, además los métodos de consumo de información también han cambiado donde ellos se adaptan muy fácil.
Pongamos un ejemplo con respecto al consumo de información en papel y veamos como las revistas y periódicos a nivel mundial están en una enorme crisis debido a los formatos digitales, en Colombia el periódico El Tiempo entrara en el “polémico” sistema de consultar noticias por suscripción desde internet.
Otro ejemplo lo tenemos en Estados Unidos ya que en el año 2013 se creó la primera biblioteca sin libros físicos en el estado de Texas, donde se posee un catálogo de unos 10.000 libros virtuales para consultar desde la casa. El proyecto se denomina BiblioTech. Este tipo de nuevas bibliotecas virtuales podrían ser el inicio hacia donde evolucionen estos espacios y donde la consulta de material no dependa del libro físico. Muchos llevamos años consultando libros en formatos digitales como .pdf y ni decir de las tablets o dispositivos creados para este fin.
Leer libros desde dispositivos electrónicos ya empieza a verse como normal y si nos vamos a los teléfonos inteligentes solo hagan una consulta y podrán apreciar la multitud de aplicaciones para poder leer libros desde estos dispositivos. Es cuestión de adaptarse y algunos sentirán nostalgia por el libro físico en papel, pero desde mi punto de vista creo que la tecnología, el modelo de negocio y las ventajas económicas entre otras terminarán por imponerse en algunos años.
Lo que si no se pueden acabar son los espacios físicos construidos para las bibliotecas, probablemente terminen siendo museos o lugares para compartir eventos, conferencias, exposiciones y muchas otras áreas que tengan que ver con el conocimiento, o por lo menos eso es lo que pienso.
Ahora si vayamos al tema de las donaciones que es el motivo de esta nota…
Mientras estos formatos digitales logren imponerse de manera masiva algo que probablemente lleve un par de décadas (eso desde mi punto de vista), podemos resaltar de este artículo la siguiente pregunta que Zuluaga le realizó a Silva:
"¿Cree que hay ricos en Colombia y particularmente en Santander dispuestos a donar dinero para una biblioteca?
RTA: Colombia tiene muchos ricos, así quedó demostrado con los Papers de Panamá. Por qué no destinar unos dineros a transformar un país a través de la lectura, como lo hicieron Rockefeler y Carnegie en Estados Unidos quienes incluso compitieron por quién hacia más."
A ver qué tenemos en cuanto a donaciones...
En Bogotá nos encontramos a la familia Santo Domingo que hace unos años dio una importante suma de dinero para construir la biblioteca Julio Mario Santo Domingo, además el banquero Luis Carlos Sarmiento Angulo también lo hizo para construir un hermoso edificio en la Universidad Nacional que también es una biblioteca, probablemente Ardilla Lulle deje su legado y seguramente otros pocos millonarios lo hagan de manera anónima, pero si el llamado del señor Silva es a donar por parte de estas personas es porque probablemente esto no sea frecuentemente, los multimillonarios colombianos (que los hay) no donan dinero o materiales a estos espacios en su mayoría públicos.
Existen campañas realizadas por diversas organizaciones, medios de comunicación y otros donde se invita a donar a favor de las personas desamparadas, combatir enfermedades, apoyo a los animales, otras con enfoque filosófico/político para ayudar militares lisiados en el conflicto solo por mencionar algunas, pero para ayudar a las bibliotecas no tenemos ninguna o por lo menos campañas de manera masiva.
Me uno al llamado del señor Diego Silva a los ricos y en si a toda la población a no olvidar estos centros de conocimiento, es algo incomprensible que no se realicen campañas apadrinadas para entregar material a las bibliotecas públicas del país y más cuando en estas reciben donaciones.
Para los ricos del país es importante que parte (aunque sea muy pequeña) de esas inmensas fortunas que año tras año van en aumento tengan como objetivo donar conocimiento y se empleen en la compra de material y equipos para estos centros de conocimiento, si se logra tener el éxito que tienen otras campañas (algunas premiando la guerra) pues tendríamos cada año una importante cantidad de material a disposición de miles de usuarios sobre todo jóvenes y niños.
Algunos dirán que para eso el Estado recolecta impuestos, pero una donación no empobrece a estos multimillonarios personajes que pagan impuestos (otros los evaden en Panamá y en el banco HSBC), una donación les engrandece no desde lo monetario sino como seres humanos y mucho más en un Estado que bien o mal les ha funcionado para poder hacer enormes fortunas.
A los escritores o autores más leídos les me pregunto… ¿Les queda muy difícil donar material a las bibliotecas? Se entiende que en ciertas ocasiones no lo hagan sobre todo el último libro publicado que tienen en las estanterías de las librerías, pero ¿los anteriores?
A veces creo que muchos de los autores están tan centrados en su labor de escribir que probablemente lleven años sin entrar a una biblioteca, además esas donaciones no les perjudicaran económicamente, el que lee estos libros si le gusto lo desea tener en casa y lo compra.
He tenido la oportunidad de donar material a la red de bibliotecas públicas de Bogotá y espero hacerlo en varias oportunidades más. Libros, computadores, documentales, películas, muebles, suscripciones de revistas académicas, son materiales que ayudan a formar ciudadanos más conscientes hacia la sociedad y el país. Les invito a donar material y acuérdense “debe ser nuevo”. Mientras existan las bibliotecas como las conocemos hoy, debemos ayudar.
@ferneygon