Lo voy a colocar en palabras de madres y abuelas:
.No es fácil perder a un ser querido. Usted no se imagina, mijo, lo qué es que alguien se la vaya a uno...
Y pues años después de escuchar a mi mamá decir eso, ella perdió la batalla contra el lupus y se fue.Tenía 42 años, yo tenía 15 y mi hermana 13. Fue muy duro. Tan duro, que preferí no verla en su cajón, para poder guardar un cúmulo de experiencias de familia en las que ella fue la protagonista. Es mejor recordarla de esa manera.
Me imagino cómo está la familia de Camila Ababuara...
Tengo dos hijas y si me llegaran a faltar, como vuelven a decir las mamás, no sabría qué hacer.
Durante varios días se han presentado una gran cantidad de opiniones acerca de este suceso; que a Camila no le ayudaron... que el gobierno tuvo la culpa, que le brindaron la ayuda tarde, que por qué algunos se rasgan las vestiduras si a muchos les ha pasado lo mismo.
Y es tal vez, esta última afirmación es la que más indigna.
No hay que ser un gran analista para darse cuenta de la deficiente situación de salud que vive el país. Yo creo que echarle la culpa al gobierno de turno, es la solución más fácil. Pero, lo que si es cierto, es que enfermarse en Colombia es más vicitimizante que la misma violencia.
Mi experiencia con el sistema de salud es diversa. Para nadie es un secreto que los hombres (género masculino), somos demasiados flojos a la hora de enfermarnos. Nos quejamos, sudamos, temblamos, nos volvemos a quejar, tomamos aromática de canela y nos sabe feo, nos volvemos a quejar, nos dan una cucharada de propoleo y arrugamos la frente acompañando el gesto con un desgarrador rechazo y una queja generalizada: Ah vaina si sabe maluco !!!
Y la solución que buscamos para curar esa gripa es ir al hospital.
Muchas veces he ido a las salas de urgencias, a quejarme de mis dolencias y a recibir sugerencias. Y me las han entregado, pero después de largas jornadas de espera, largas filas e infinidad de caras de dolor, fingidas en ocasiones, para agilizar la atención.
También he estado en las salas de urgencias con mis hijas, quejándose de dolores de estomago, de escalofrío, de sentir dolor en el cuerpo y de hasta no poder respirar. Con mi novia, quejándose por lo mismo. Con mi papá, quejándose por su gota...
Y en esos momentos, me he dado cuenta de los sacrificios que tienen que hacer miles de personas que deben mendigar atención prioritaria o citas con especialistas, de carácter urgente. No hay nada más triste que ver a una persona renegar porque le dieron cita con un especialista 20 o 30 días después de que la solicitó.
Y casos, un montón...
Mi sabia prima Marcela, define esta situación en 8 palabras: LA MEJOR EPS DE COLOMBIA ES "LA PALANCA".
Con la palanca se consigue atención prioritaria, medicamentos no genéricos, resultados de exámenes en 30 minutos, las mejores habitaciones de las clínicas u hospitales, buena comida, televisión, buenas almohadas, sofá pal' acompañante, el médico buena vibra y bacán y la enfermera que no tiene apariencia de luchador de sumo y si tiene mano suavecita para aplicar inyecciones.
Ya que hemos vivido todo esto, y nos ha tocado aguantarnos un montón de cosas pero ¿por qué no indignarse por la muerte de Camila Ababuara?
Muchas personas no han podido quejarse. Camila si pudo.
Muchas personas no han aguantado. Camila si aguantó.
Muchas personas no han luchado. Camila si lo hizo.
Muchas personas han preferido resignarse. Camila prefirió "dar lora por su vida" y consiguió ser un ejemplo de perseverancia y fortaleza.
Logró ser operada pero su enfermedad le pasó factura.
De nuevo, pongo frases en palabras de mi mamá: "Fue una berraquita".
De acá en adelante, todo está en manos de nosotros. El ejemplo ya lo tenemos.
Dejemos de quejarnos y más bien hagamos algo que evite que nuestros nietos o bisnietos o tataranietos tengan que echar mano de los medios de comunicación, para que los atiendan en los hospitales.
Yo seguiré visitando la Cruz Roja y contando que la leche me cayó pesada o que los cambios de aguas me pusieron la flora intestinal patas arriba. Eso si, sin olvidar que desde otra parte existe alguien trabajando porque el servicio de salud sea óptimo y me solucionen la queja lo más rápido posible.
Por lo pronto, para la espera, tocará llevar un libro o un radio con buena música.
Porque la lista de turnos, apenas comienza...
Feliz viaje, Camila...
@HernanLopezAya.
