En esta ocasión es menester felicitar a ese grupo de ciudadanos que decidieron convertirse en maestros. Y cuando se menciona esta palabra no es porque tengan el título de maestría, sino porque son expertos en reinventar la educación. En plena crisis, en vez de seguirle el juego a un gobierno poco cercano a las evidencias científicas, están en procura de salvaguardar las vidas de sus estudiantes y familiares, y también de seguir con el proceso educativo. Bajo esta perspectiva, hay que preguntarse: ¿qué es educar? Parece fácil pero no lo es.
Empezando por que en este país, lastimosamente, el analfabetismo es grande, los sectores políticos han legislado y gobernado hacia sus clases sociales y han ahondado cada vez más las diferencias entre los más pobres y los más ricos. En este sentido, está siendo la educación utilizada como instrumento de separación, en donde se cualifican los de clase alta para gobernar y seguir manteniendo su statu quo, mientras se deja en el analfabetismo a un grueso porcentaje de la población para que no pueda acceder a los debates de esta magnitud en el Congreso, no elija correctamente y a conciencia a sus representantes, ni pueda acceder por cuenta propia a la administración de justicia. Es decir, la educación es vital para la memoria de los pueblos: es enseñar el camino para nunca retroceder y educar es liberar del yugo de la opresión y la dependencia a los hombres.
Haciendo esta aclaración, ¿cómo se transmite este saber?, ¿cómo podemos educar? Existen distintos tipos de educación: la informal, en la cual cada ser humano enseña, para bien o para mal, y en la que por el roce de la vida aprendemos; la no formal, la cual enseña oficios o disciplinas que no implican "mayores estudios" (es decir, carpintería, ebanistería, panadarería, entre otros oficios que entre comillas no son difíciles, pero que en realidad son indispensables y que se les discrimina o menoscaba enormemente); y la formal, en la que hay que profundizar, porque es en esta donde se pueden dar las bases de las grandes transformaciones sociales que necesita el país.
Con ella, nos podemos llenar de herramientas cognoscitivas que nos permiten conectarnos con el mundo jurídico y político del país, ya que en este tipo de educación se enseñan las reglas del idioma local y del idioma internacional, las matemáticas básicas, la cultura e historia del mundo, los procesos biológicos y químicos generales, etc. Y, por ende, podemos ir por el mundo con autonomía. Un ser estudiado es un ser que elije, que puede decidir sin el billete de por medio, que no lo engañan a firman papeles para despojarlos de sus tierras, que puede visionarse como un dirigente político o funcionario público (como un senador, un juez, un alcalde, un gobernador, un concejales y todo cargo público relevante que implique su gestión en las comunidades).
Bajo esta perspectiva, ¿quién educa en este tipo de educación? Los maestros, los que muchas veces son padres de sus estudiantes, una mano amiga, un abrazo, un consuelo, un hombro donde reposan lágrimas, un mar de esperanzas, una voz que te dice que pienses en grande, un camino que te ayuda a llegar al puerto, un orientador que te marcará de por vida, un amigo. Gracias maestros, el futuro siempre cuelga de sus manos.