La candidatura de Juan Felipe Namen, edil de Chapinero, a la dirección única del Partido Liberal colombiano ha sorprendido a la opinión pública y representado un cambio inédito en la política nacional.
Es la primera vez en la historia que un edil se postula para liderar el partido, una hazaña que llama la atención por su carácter renovador y su fuerte enfoque en devolver el partido a sus valores más fundamentales.
Namen no solo busca la dirección del Partido Liberal, sino que plantea una reestructuración y democratización de la organización, un cambio que responde a años de frustración por una estructura de liderazgo que muchos consideran “nepotista” y que parece, en sus palabras, “haber perdido conexión con sus raíces ideológicas”.
Fundado en 1848, el Partido Liberal colombiano ha sido un pilar en la defensa de la libertad, la justicia social y la igualdad. Sin embargo, en las últimas décadas, su estructura ha sido cuestionada por su rigidez y centralización, con un liderazgo que ha permanecido en las mismas familias desde hace generaciones. Namen, al proponer una renovación de la dirección, marca su candidatura como la disidencia liberal más significativa en los últimos cincuenta años, comparable con el surgimiento del Nuevo Liberalismo de Luis Carlos Galán en los años ochenta.
La clave de su propuesta es devolverle al partido una organización colegiada, donde no solo tengan voz los parlamentarios, sino también mujeres, jóvenes, campesinos, ediles y otros sectores sociales, promoviendo un liderazgo que represente a todos y no a un grupo selecto.
Los conceptos de democratización interna y descentralización han sido discutidos en la teoría política durante décadas. Se tiende a ver como los partidos concentran el poder en manos de unos pocos. Namen busca romper con esta tendencia en el Partido Liberal, abriendo el espacio para nuevos liderazgos locales y representantes de las bases, inspirándose en el pensamiento de John Locke sobre los derechos y la participación política. Dentro del contexto colombiano, los estudios recientes destacan la importancia de la participación local en conectar a los ciudadanos con las políticas delos partidos, y la aspiración de Namen se alinea con esta premisa, situando a los ediles en una posición de mayor influencia en el partido.
Entre sus propuestas más relevantes está la creación de un capítulo estatutario para ediles, con un reconocimiento formal en el organigrama del partido y una presencia estable en las decisiones clave. Esta estructura, en sus palabras, podría abrir una nueva era de participación democrática dentro del Partido Liberal, donde las decisiones respondan a un liderazgo colectivo y plural, más representativo de la diversidad colombiana.
La propuesta de Namen marca una oportunidad única para modernizar al Partido Liberal en un contexto donde los electores exigen transparencia y un liderazgo genuinamente inclusivo. El movimiento de Namen se sitúa así en una tradición histórica de disidencia en el liberalismo colombiano que ha impulsado cambios fundamentales. Inspirado en la figura de Galán, que hace cincuenta años llevó a cabo una renovación del partido en busca de justicia y participación, Juan Felipe apuesta ahora por modernizar el liberalismo desde el liderazgo y el desarrollo local.
Su candidatura, por lo tanto, no se trata solo de la elección de un nuevo líder; es un llamado a la democratización de uno de los partidos más antiguos del país, un proyecto que busca hacer que la organización esté alineada con las necesidades y aspiraciones de la sociedad actual. En sus palabras, democratizar el Partido Liberal no es solo una cuestión de justicia, sino de supervivencia en un contexto en que los colombianos exigen un cambio real. La inclusión de mujeres, jóvenes y campesinos en las decisiones clave fortalecería la diversidad en el partido y su capacidad para conectar con las demandas ciudadanas.
La historia del Partido Liberal ha estado marcada por decisiones que lo han llevado a renovarse ante nuevos desafíos, y este puede ser otro momento clave. Juan Felipe Namen, con su énfasis en un liderazgo inclusivo y participativo, parece ser la alternativa para un partido que necesita, ahora más que nunca, conectar con sus raíces ideológicas y adaptarse a un contexto político en cambio constante.
*Estudiante de Licenciatura en Ciencias Sociales y Desarrollo local.