No es la primera vez que el gobierno del presidente Juan Manuel Santos quiere sacar del camino a los líderes sociales más preparados y destacados del país, en febrero del presente año el turno fue para el líder agrario César Pachón, a quien se le acusó del delito de daño al medio ambiente durante el paro agrario de 2013, pese a lo anterior Pachón no fue detenido, ni condenado, mientras que para el caso de Feliciano Valencia, no obstante de la detención y privación de la libertad, se produjo un fallo condenatorio. Este fallo en contra de Feliciano se da luego de la emisión de los especiales del programa Séptimo Día del Canal Caracol, en los cuales este medio de comunicación estigmatizó a la guardia indígena, a la ONIC, a la ACIN, al CRIC, y puntualmente a Feliciano de ser colaborador de la guerrilla.
Como si todos se hubiesen puesto de acuerdo, no bastó más de un mes y un par de semanas para que la Fiscalía capturara a Valencia, siendo martes 15 de septiembre a las 4:30 p.m. en La Agustina, Cauca. El tribunal de Popayán condenó a Valencia a 18 años de prisión en segunda instancia, por supuesto “secuestro” a un soldado, el cual se infiltró en una marcha pacífica con explosivos, hecho por el cual, como lo es natural, la guardia indígena actuó y sancionó al soldado. Lo más irónico del asunto es que Feliciano no tuvo nada que ver con las sanciones al soldado, ya que ni siquiera estuvo en el juicio, este hecho no es más que otra cortina de humo, de la cual los medios de comunicación tradicionales son cómplices y protagonistas, lo anterior claro está, no podría ser posible si estos medios tradicionales no contaran con el apoyo de las familias hacendadas, de la clase política con grandes extensiones de tierra en el Norte del Cauca y del poder económico, los cuales controlan al departamento del Cauca, como si fuera la tierra en donde un narco fuera el que mandara y el dinero el que pusiera la pauta.
Las dinámicas de los indígenas no son iguales a las del resto de los colombianos, por ende, su legislación es diferente, sus costumbres son diferentes, su cultura es diferente, su forma de vida es distinta, y esto no se puede suspender ni romper ni acabar solo porque a algunos periodistas de los medios tradicionales, políticos del Centro Democrático y funcionarios del gobierno Santos no les guste, o algunos políticos estén en conflicto con los indígenas, por querer reclamar tierras que son destinadas para los pueblos indígenas y para las víctimas del conflicto armado. La autonomía de los pueblos indígenas no puede acabarse, sus derechos autonómicos tampoco, así el Centro Democrático los demande en el Congreso para eliminarlos. Debido a la vulneración de los derechos autonómicos, y a los incumplimientos del Gobierno con los sectores afros, campesinos y étnicos, se originó en días pasados una protesta pacífica, en la cual estuvo presente Feliciano, y en represalia a esto ahora se le captura, como quien dice, el que proteste ya sabe a qué atenerse y para dónde va.
Invito a los colombianos y al mundo a frenar los ataques de las fuerzas del Estado colombiano contra los pueblos indígenas; en donde se les estigmatiza y se les persigue, solo por el hecho de tener una cosmovisión distinta. Debemos salir a las calles a manifestar nuestro apoyo hacia uno de los líderes indígenas del Norte del Cauca más importantes de la historia, que nos necesita, porque si esta es la paz de Juan Manuel Santos, no esperemos armonía y tranquilidad para el postconflicto.
No olvidemos que Feliciano es un líder social de paz, pues en el año 2000 fue galardonado con el Premio Nacional de Paz, gracias a su “ejemplo de resistencia de pacífica ante el conflicto armado”.
En redes sociales enviemos mensajes de apoyo a Feliciano con el HH #FelicianoValenciaLibre y sigan en twitter a @FelicianoLibre y en facebook el fan page Feliciano Valencia Libre, para que todos sumemos fuerzas, y a través de la indignación y la acción colectiva logremos ejercer la presión suficiente para tener a nuestro querido Feliciano libre!
Twitter: @JUANCAELBROKY
