Federico García Lorca: su nombre es un poema, su voz poesía, él es poesía. Caminaba como poeta, hablaba como poeta, miraba como poeta, tenía presencia y estampa de poeta. Sus ojos coquetos eran de poeta y contenían la limpia esencia de un gran poeta.
Federico García Lorca respiraba poesía: él era un canto, un poema a la vida. Todo lo tenía: atractivo físico y hermosura espiritual. Tal vez el mejor poeta español de todos los tiempos. Y uno de los más grandes de la historia de la humanidad. Andalucía y los gitanos danzan en sus versos. Uno palpita todo ese misterio de los gitanos y su mundo esplendorosamente hermético.... afilados ceños, seductoras y agudas miradas. Cejas pobladas que enmarcan unos grandes ojos españoles y árabes. La belleza embrujada de las gitanas. Gitanos y gitanillos. Los gitanos y el golpe musical del flamenco: esa mezcla del macho salvaje y femenino a un tiempo. Las mujeres igual: la dulce ternura de lo femenino en un corazón capaz de empuñar la daga para defender lo que le pertenece. Si en algo he conocido a los gitanos es gracias al "Romancero" de Federico García Lorca. Al poeta lo aprehendí desde muy niño porque mis cartillas escolares a veces me otorgaban la dicha de palpitar sus versos.
Amo a España más que nada por Cervantes y su caballero de la triste figura, y si sueño con regresar a España, la cual visité en forma fugaz, es tan solo para detenerme en Córdoba, Málaga, Sevilla, Granada... En Fuente Vaqueros, quizás buscando la esencia "siempreviva" de Federico García Lorca.
Hay un hechizo luminoso en las letras de ese genio. Pero como dijo otro poeta: "Flores tan bellas nunca pueden durar, era llena de gracia como el ave María". Me refiero a su alma. Era gran amigo de Pablo Neruda. En Confieso que he vivido hace un relato conmovedor de la muerte de Federico García Lorca. Tal descripción me conmovió hasta las lágrimas. Si uno puede amar a un poeta, yo amo a Federico García Lorca. Y repetir su nombre aquí no es redundante sino metáfora o cadencia poética. Todo en él es música. Quienes tuvieron el privilegio de tratarlo de cerca hablaban de su juvenil y loca alegría. Decían que todo lo que salía de su boca tenía el ritmo de lo poético. Gracias España por uno de tus mayores hijos, aunque Lorca es hijo de la humanidad.