Respetado y muchas veces admirado Faryd Mondragón:
Repasé sus declaraciones y pensé que un ídolo de la Selección Colombia jamás me podría decepcionar tanto. La verdad tuve que buscar en diversas fuentes porque me negaba a creer que usted fuese tan mezquino, pero rápidamente comprobé que la grandeza con la que usted defendió el arco colombiano es inversamente proporcional a su comprensión del panorama violento en Colombia.
Por lo tanto, desde aquí le pido que, así como atajó pelotas memorables, ataje sus palabras que ofenden al histórico proceso de paz logrado por los negociadores del presidente saliente, Juan Manuel Santos, y las Farc.
Usted aprovechó su historia dentro del fútbol para expectorar sandeces desde la casa del fútbol, Conmebol, en Moscú. Y es que debe ser uno muy ruin para afirmar que “estamos disfrazados con una fachada llamada proceso de paz que de paz no tiene absolutamente nada”. Aquí me permito recordarle que la paz que para usted no existe es la paz donde no hay más mutilados por minas antipersonales. Es la paz que nos permitió vivir las elecciones más tranquilas en medio siglo, donde triunfaron sus afinidades políticas en franca democracia. Es la paz donde ya no se masacran, por intereses de los poderosos, los colombianos más pobres, quienes por obra y gracia de la guerra terminaron empuñando armas para el ejército, la policía, la guerrilla y los paramilitares sin siquiera saber por qué debían matarse entre compatriotas.
Además, cuando usted afirma que “Hemos vivido tiempos de impunidad y doble moral”, le pido que antes de lanzar juicios infundados por su desconocimiento evidente de la historia de la guerra en Colombia, se cuestione y piense dónde estaba su moral con la otra “juventud” masacrada de forma sistemática para cobrar prebendas en los gobiernos de Álvaro Uribe Vélez. Sí, esa juventud pobre de Soacha que botaron con tiros de gracia en Norte de Santander y que marcó con cifras sangrientas la historia universal. ¿Dónde estaba su moral en las ejecuciones del Ejército contra la población civil que se matizaron como “falsos positivos”? ¿Dónde estaba su moral cuando los aportantes de la campaña Uribe Vélez recibieron el dinero que era para el campesino más jodido (si no sabe le recuerdo que se llamó Agro Ingreso Seguro)? ¿Dónde estaba su moral cuando el Congreso aplaudió a los paramilitares que se cansaron de masacrar y traficar? ¿Dónde está hoy su moral cuando se está cometiendo un genocidio en contra de los líderes sociales que reclaman las tierras que les pertenecen y que la guerra les quitó?
No sea tan descarado, Faryd. Si a usted no le duelen los muertos que nos hemos ahorrado en estos dos años con el acuerdo de paz vigente, a mí sí. Ahora, le ruego me disculpe si lo malinterpreté cuando afirmó lo siguiente: “Hoy en día esas personas están totalmente impunes y ahora como si nada aspiran a cargos políticos, presidenciales y públicos”. No sé si ahí usted se refiere a los parapolíticos, a los implicados en los Papeles de Panamá o a los negociantes de Odebrecht. La verdad no me quedó claro, por lo que le ruego una explicación más amplia.
Sin embargo, termino por reconocer que usted tiene todo el derecho de expresar su opinión, así esta sea vaga, desinformada y absolutamente parcial. Le recuerdo que así la educación en Colombia tenga mil problemas es un derecho, y como usted es colombiano tiene derecho a educarse. Seguramente el compromiso con su profesionalismo en el fútbol no se lo permitió, pero nunca es tarde para leer y comprender que todos los actores armados y muchos dueños de extensiones exorbitantes de tierras, muchas de ellas compradas con presiones y delitos durante la guerra, tienen responsabilidades similares o superiores a las que tienen las Farc. Por eso, solo le ruego que, si desconoce el panorama, siga el consejo que le dieron a un presidente latinoamericano que aquí le cito: “¿Por qué no te callas?”
Saludos.