El único problema es que Simón Trinidad está condenado a 60 años en una prisión de Estados Unidos. En la práctica su designación para que realice el conteo de las armas y concrete la dejación de estas, es plantearle una nueva talanquera al proceso. Trinidad sólo podría salir de prisión si el presidente Barak Obama le otorga el indulto, y no es nada claro que el presidente vaya a dar ese paso. El miembro de las Farc está condenado por el secuestro de tres estadounidenses en Colombia en 2003. Si bien es tradicional que los Presidentes de Estados Unidos al cierre del mandato realicen indultos nada populares, no es claro que Obama quiera granjearse críticas indultando a un extranjero calificado de terrorista y que purga cárcel por secuestrar ciudadanos de su país. Sin embargo, el presidente Obama –cuyo mandato concluye en enero próximo– ha dicho en varias oportunidades que respalda el proceso de paz y cuenta con un emisario permanente que acompaña los diálogos. Hay que recordar además que el Secretario de Estado, John Kerry, se reunió con la delegación de las Farc hace unas semanas cuando Obama hizo su histórica visita a Cuba. El gesto, sin lugar a dudas, fue un gran espaldarazo al proceso de paz. Así que la probabilidad de que Trinidad vuelva a Colombia, que al comienzo del proceso era casi nula, no parece tan remota hoy. La determinación de las Farc de designarlo como coordinador del esperado momento de la dejación de armas le mete presión al requerimiento de su presencia en la mesa de diálogos, asunto que desde el primer día formularon las Farc.
Farc designan a Simón Trinidad para inventariar las armas que depondrían
La guerrilla pone un nuevo escollo al proceso de paz con esta jugada, pues solo Obama podría hacerla realidad.