Vengo más que cansado de ver el mismo formato exagerado, superficial, falso y grotezco de 'La voz kids'. Vengo hastiado, ¿qué es esa imagen tan absurda que le siguen metiendo a los niños? Es un programa familiar y yo solo tengo un hijo que constantemente me dice que quiere una mujer como Fanny Lu por lo joven "eterna" que se ve. Que sería increíble que si algún día se casa, su pareja no envejezca. Tantas luchas por el cuerpo y vienen programas de pacotilla a crear otras formas de percibir o entender la belleza.
No entiendo ese sentimiento exagerado de amor por los niños, de tratarlos como si fueran retrasados y –PEOR AÚN– les hacen ver 'perder' como algo que 'está bien' porque "no hay que crear gente competitiva y que cree rivalidades". ¡Es que nos cuesta entender que perder es esencial y no es necesario romantizarlo! Perder es perder, y hay que permitirse sufrir las consecuencias de ello: la rabia, la frustración, la vergüenza, la ira, la decepción con uno mismo, lo que sea. Son cosas que deben sentirse.
Pero lo peor en este concurso no es esa represión del sentir la pérdida, sino los jurados y en específico Fanny Lu. Los vestidos que le ponen para hacerla ver como una "infante" y una "niña pequeña e inocente" mientras actúa como si el mundo de Las Voz Kids fuera mágico y perfecto, donde la felicidad no se compra pero realmente está comprada y forrada en billetes –no más los premios que promete son exagerados–. El problema para mí no está en la ropa que se elige, sino en que hay mojigatería. Si vamos a usar esas prendas hablemos de sensualidad pero no de "muñecas de Disney que se ven divinas". No más acuérdense de Greeicy Rendón presentándose con una pinta infantilizada –los ganchos de pelo– y al mismo tiempo un top y unos pantalones apretadísimo para acentuar su belleza. Pero como es un programa de niños entonces toca ponerle toques desde los colores o accesorios... la mojigatería, eso somos. Y El botox infinito y que parece no parar es absurdo. Fanny Lu parece una barbie sentada en ese programa, y no una empoderada sino una completamente superficial, de plástico y que trata de taparse en el discurso de ser "la mamá de todos". El único que respeta algo es Cepeda. Y eso, porque hace parte.
Mejor dicho, ¡alguien haga algo por los niños!
