En el artículo anterior me referí al error cometido en 2010 por la alcaldía de Popayán y el Concejo municipal, cuando mediante acuerdo aprobaron la expansión del área urbana con el fin de permitir la construcción de la urbanización de vivienda gratuita “El Valle del Ortigal”, en una franja de los terrenos destinados desde 2006 para la construcción de la Ptar, cuyas obras debieron iniciarse desde 2002 según lo ordena el gobierno nacional.
También me referí al estudio elaborado por un equipo de profesionales de Unicauca, en el que ven viable la construcción de la obra, con algunos ajustes y después de visitar una similar a la diseñada para Popayán construida hace tres años en Bello, destinada a recibir las aguas residuales de Medellín y donde encontraron que las comunidades vecinas no las miran como aguas residuales y han incorporado la PTAR, con tecnología similar a la de Popayán, a actividades educativas, deportivas y recreativas. También alrededor hay en construcción, planes de vivienda para estratos 3, 4 y 5. Tampoco han sufrido incremento en el valor de las tarifas en los recibos del Acueducto, que estarían incluidas en la tasa ambiental vigente por cinco años.
Recomendaciones:
Después de poner luz amarilla al proyecto autorizando el paso a verde haciendo ajustes al proyecto de la Ptar, la comisión de profesionales de Unicauca recomendó: A) Cerrar el lote. B) Actualizar la línea de base, modelación de calidad del aire y agua, según normas vigentes. C) Modificar la estructura de las rejillas para filtrar la entrada de leños y residuos sólidos voluminosos por un sistema de limpieza mecánica y manual. D) Inyectar aire en el desarenador para evitar que se depositen residuos sólidos orgánicos. A la par instalar dispositivo para retener grasas y aceites. E) Para disposición final de lodos que saldrán procesados en un 90%, casi como tierra, apta para abono, ajustarse a la nueva legislación. F) En el campo administrativo recomendaron a la empresa de Acueducto y Alcantarillado de Popayán, crear una unidad autónoma para garantizar personal suficiente y agilidad en los procesos de operación, administración y mantenimiento de la PTAR. G) Permitir la participación de habitantes del Valle del Ortigal y barrios vecinos en el proceso de construcción y mantenimiento de la PTAR, partiendo del estudio de la Cámara de Comercio del Cauca, caracterizando las familias del sector y coordinando con la empresa de Acueducto y el Sena, en la capacitación. F) Construir un aula múltiple para educación ambiental sobre el ciclo y la ruta del agua desde sus fuentes, usos domésticos, agropecuarios e industriales y tratamientos de descontaminación, destinada a niños, jóvenes y adultos fomentando el buen manejo. H) Incorporar a docentes y alumnos del mega-colegio que construirán cerca para convertir la planta en una Bio-aula para estudiantes y toda la comunidad. I) Fomentar la reforestación con especies nativas en sitios donde se facilite.
Otras obra importante a realizar con la tierra removida en el lote donde van a adecuar la laguna de oxidación será la construcción de un jarillón a orillas del río, de aproximadamente 300 metros de largo.
Sobre los temores de la comunidad acerca de la distancia mínima del borde de la laguna a las viviendas, no ven riesgos por eventuales desbordes ni por los olores, pues el punto crítico de estos está ubicado a 90 metros, aunque del borde de la laguna a algunas viviendas quede a 50 metros. En la legislación colombiana se ordena preservar una distancia de 30 metros con relación a las orillas de los ríos y en el caso de PTAR recomiendan 75 metros, que pueden ajustarse con obras de protección. Además el sistema de oxidación aeróbica mediante cultivos de bacterias causa menos olores que el anaeróbico (sin oxigenación).
Acerca de los escenarios futuros, con o sin la construcción de la PTAR, el equipo profesional de Unicauca conceptuó que de no ejecutarse en un plazo de pocos años, para los habitantes del Valle del Ortigal y barrios vecino, serán insoportables los olores y mayor la presencia de plagas de roedores, reptiles e insectos, cuando estén terminadas las obras de los colectores que paralelos a las cauces de los ríos Ejido, Pubus y Molino, llevarán las aguas residuales al sitio destinado a su recolección, antes de vaciarlas al río Cauca. Otro agravante es que, de no ser invertidos los $8.500 millones gestionados por la Alcaldía, estos dineros deberán devolverse al gobierno nacional para que los destine a otra de las tantas PTARs de diferentes municipios del país que gestionan ante Planeación Nacional y el Ministerio de Hacienda para que les apropien recursos. Así que de no hacerlo, de nuevo el municipio deberá hacer cola para que le aprueben el proyecto y presupuesto.