Una fuerte denuncia realizaron campesinos de la Región del Ariari porque se sienten engañados y abandonados por el Gobierno nacional, que los indujo a aumentar sus hectáreas de cultivos y hoy se encuentran endeudados, sin posibilidades de comercializar sus productos y sin ninguna solución estatal de fondo.
“El Ministerio de Agricultura, lanzó el programa Colombia Siembra, donde todos los agricultores nos endeudamos para aumentar nuestras áreas de cultivos, pero no contempló la comercialización de los productos agrícolas y en la zona del Ariari, en el Departamento del Meta, no hay comercialización de nuestras cosechas. Tampoco, el desde el Estado se ha impulsado una política pública para el desarrollo del sector”, reveló Aristides Rodríguez, directivo de la Asociación de agricultores y ganaderos del meta –AGAMETA y vocero del Gremio Agua y Alimentos.
Por lo anterior, piden al Ministerio de Agricultura que haga de manera urgente una compra masiva de sus cosechas, ya que muchos de los productores no son dueños de fincas y sus cultivos están en arriendo, por lo que prefieren arrasarlos y perder su trabajo en lugar de pagar otro año de alquiler.
“Con tanta hambre que hay en la Guajira y en otras regiones del país y en el Ariari se están perdiendo los productos porque no hay cómo sacarlos de la región”, advierten.
Fracasó el programa Colombia Siembra
Los agricultores expresan que se encuentran en una sinsalida, solos y endeudados. Llevan siete años pidiendo ayuda estatal, han recurrido a las comisiones Quinta de Cámara y Senado, pero nada. “Se comprometen a apoyar al sector agropecuario pero no cumplen”, dicen los campesinos, quienes advierten un fracaso total del programa Colombia Siembra. “Cuando salen las cosechas no hay quien compre, perdimos los productos, el trabajo y quedamos endeudados”
La zona del Ariari comprende 16 municipios de las regiones Alto, Medio y Bajo, del río Ariari en el Meta. En la zona del Ariari y el Área de Manejo Especial de la Macarena –AMEM, es donde se encuentran la Orinoquía, la región Andina y la Amazonía. Hoy por hoy, esa región es la despensa que suministra el 35% de la comida de los colombianos. Allí todos son pequeños y medianos agricultores que se sienten engañados por el Minagricultura y sus programas y, ante esta difícil situación se ven enfrentados a una fuerte problemática social.
Que el Gobierno cumpla
De acuerdo con los agricultores, “los últimos mandatarios han sido muy amables con el mundo y han regalado el país con los TLC” y eso los tiene arruinados. “El contrabando dejó la producción nacional a un lado y los agricultores hemos perdido poder adquisitivo. Los productos llegan a precios muy bajos, desestimulando el consumo de lo nacional y la gente prefiere la comida chatarra importada, pero más barata”, dicen con vehemencia.
Por eso afirman que el Gobierno está en mora de darle una mano al sector para devolverle la vida y la tranquilidad al país. “¿Se imaginan cuando la comida no se siembre y los colombianos dependamos de las importaciones y éstas no lleguen porque hay una crisis de comida a nivel mundial?”, manifiestan angustiados.
Reclaman que se debe pensar en un programa de “para que el campo verdaderamente florezca y el país crezca económicamente, pero desafortunadamente desde el Estado se le está apuntando a la locomotora minera y a la explotación del petróleo. Nosotros no somos un país petrolero y el daño que se pretende hacer por la vía de la explotación es muy grande, comparado con el poco beneficio que eso genera. Miremos los municipios petroleros de Colombia, todos están en la inopia”. Por eso recomiendan a los mandatarios de turno “dejar de vivir el cuento de la lechera y hacer una política pública para el sector agropecuario, nuestra verdadera vocación”.
La cura peor que la enfermedad
“Como no hubo una planeación seria de comercialización de productos, se vuelve peor la cura que la enfermedad. Se necesitan procesos de agroindustria pero el Gobierno hace oídos sordos cuando se piden recursos para transformar la situación y sí se gastan excesivas cuantías en consultas políticas y haciendo centros de acopio con infraestructura a medias, mal hechas, sin agua potable y sin energía”, denunció el líder campesino.
Actualmente es más alta la inversión y el sacrificio que se hace para el desarrollo de los cultivos y su transporte, que el precio del producto en el mercado final. La canastilla de plátano, por ejemplo, está a 7.000 pesos; la guayaba la están regalando porque la caja la están pagando a mil pesos; La yuca, la pagan a 5.000 pesos una bolsa de 30 kilos; el arroz blanco a 70 mil pesos la carga y así sucesivamente las frutas y demás productos bandera de la región.
