Está comprobado que los indígenas prehispánicos que poblaban este territorio no conocían la ‘malicia’, ni como palabra, ni como concepto. Entonces, debemos dejar de culpar a nuestros antepasados por las acciones de corrupción que a diario cometemos.
El ruido generado por la noticia que supuestamente Radamel Falcao García, el gran jugador del AC Monaco de Francia, falsificó su registro de nacimiento para aparecer con dos años menos de edad, ha suscitado diversas reacciones entre los colombianos y despertado críticas y apoyo al jugador.
Aunque esta columna no pretende ser juez de nadie, sí intentaré referirme a quienes han justificado la aparente falla de Falcao, poniendo por encima el talento, relegando la legalidad. Aunque hoy no se ha comprobado nada en contra del Tigre, esta polémica ha dado para mucho, incluso para demostrar que gran parte de la sociedad colombiana aprueba la corrupción.
Sin lugar a dudas los Nule cometieron graves delitos y se apropiaron de recursos del Estado, situación que los puso en la palestra pública, e hizo que los llamáramos corruptos, con lujo de detalles. Pero no solo a las actuaciones de estos sujetos se les puede llamar corrupción, hay una gran cantidad de microacciones que no son punibles ante la ley, pero que también manifiestan la misma situación.
El hecho de arrojar basuras en lugares indebidos, de colarse en las filas de los bancos, de no recoger los excrementos de nuestras mascotas, son actos que también se clasifican como corrupción, y que para los colombianos se convirtieron en “paisaje”. Estamos tan acostumbrados a violar las normas de tránsito y a conducir con tragos, que un muerto más por esos hechos no nos parece raro.
Ahora bien, que alguien altere sus documentos personales para poder jugar fútbol profesional en Colombia, es un hecho que se repite a menudo y quienes hemos estado en ese mundo sabemos lo fácil que se hace, pero no por esa razón debemos permitir que siga pasando. Esto, además de corrupción, se tipifica como delito, pero poco se hace al respeto y muchos dirigentes deportivos, padres de familia y empresarios, se prestan para estas actuaciones que, sin duda, generan complicaciones futuras.
Debemos rechazar, señalar, eliminar estos hechos de nuestras conductas y generar castigos simbólicos ejemplarizantes. Por ejemplo, si se demostrara que es cierto cuanto se dice sobre Falcao y la Selección Colombia lograra clasificar al mundial de Brasil 2014, todos deberíamos exigir que él no sea convocado a esta competición. La sociedad colombiana no puede seguir dándose el lujo de permitir que se repitan actuaciones como estas, no podemos seguir premiando al ‘vivo’ y castigando al legal por ‘bobo’. Es hora de pensar en el ejemplo que hoy tienen nuestros niños, niñas y jóvenes, y si queremos romper con las cadenas que nos ha dejado la política tradicional y el narcotráfico, debemos exigirle a nuestras personalidades más representativas el respeto y acatamiento de la norma y un comportamiento ético y responsable de sus hechos.
No podemos seguir permitiendo que la mal llamada “malicia indígena” siga siendo nuestro caballito de batalla y nuestra excusa para cometer cualquier cantidad de actos corruptos sin que nada ocurra.
@julianelpolit
