El gol ante España confirmó su gran temporada. Le hizo goles al Manchester City, al Borussia Dormund, a la selección campeona del mundo del 2010. Con el gol de ayer superó a Iguarán como el goleador más temible de la historia de Colombia. Falcao tuvo que esperar tres años para volver al nivel que lo consagró en el Porto y en el Atlético de Madrid. Desde que sufrió una inoportuna y débil entrada de un profesor de origen turco en enero del 2014 y su rodilla derecha crujió, luchó sin descanso para regresar. Se puso a la orden del médico portugués José Carlos Noronha, la eminencia mundial en lesiones de ligamento cruzado. Los medios intentaron venderle a Colombia la idea de que estaría listo para el Mundial de Brasil pero todos sabían que ni la Virgen de Lourdes hace ese milagro. En seis meses nadie se recupera de una lesión de esas características.
En agosto firmó con el Manchester United. Cuatro goles en 25 partidos. Mala relación con Van Gaal. No paró de luchar. Un año de tortura y luego otro préstamo al Chelsea. Un gol en 26 partidos. En Colombia lo desahuciaban. Olvidaron que sus goles fueron fundamentales para que la Selección regresara a un mundial después de 16 años de ausencia. Olvidaron sus 49 goles en competiciones europeas. Olvidaron que ni siquiera El Tino Asprilla había sido mejor que él. En silencio siguió trabajando. Él creía que la oración curaba. Él creía que ser cristiano era ser una buena persona algo que la mayoría de creyentes olvida. Él creyó en el proceso de paz porque la reconciliación es una cualidad que deben tener los cristianos. Él no es como Arrázola y el resto de chusma cristiana. Él es consecuente. Falcao es inteligente y tuvo paciencia.
En Colombia olvidaron
que ni siquiera El Tino Asprilla había sido mejor que él.
En silencio siguió trabajando. Él creía que la oración curaba
El momento le llegó con el Mónaco. Sí, una temporada de ensueño. Estuvo entre los diez jugadores que más marcaron goles en Europa. No volverá a cometer errores de nuevo. Firmó con el Mónaco dos temporadas más. Rechazó ofertas millonarias de China en donde no les preocupa para nada el estado de su rodilla. China, el país en donde el pecho frío de Jackson Martínez vive su penoso y prematuro otoño futbolístico. No cometerá errores. Las lesiones musculares que lo mermaron en su paso por Manchester United y el Chelsea ocurrieron porque quería volver a tener el físico que lo hacía recorrer la cancha, tapar los espacios que le ordenaba el Cholo Simeone. En ese Atlético de Madrid era el primer defensa. Tres años le costó al Tigre, tres años en donde no decayó ante las críticas que le hicimos. No decayó porque tuvo fe. Es de las pocas veces que he visto que la fe sirve para algo. La fe y las ganas de trabajar.
En la sub 20 de Lara, la que salió campeona del 2005, Radamel era suplente de Rodallega y Wason Rentería. Tenía fama de tronco y los periodistas nacionales se rascaban la cabeza porque no entendía por qué lo convocaban. Se destapó en febrero de ese año gracias a la confianza que le dio Mostaza Merlo en River. Se convirtió en pocos meses en ídolo hasta que los ligamentos de sus dos rodillas reventaron a principios del 2006. Duró un año para volver y lo hizo con todo. Lo hizo con las ganas que le metió a cada entrenamiento. Por eso es que él, siendo inferior técnicamente, fue más grande que Wason y que Rodallega: creyó, tuvo ganas, se entrenó.
La Fe de Falcao mueve montañas.