Sergio Fajardo tienen que estar demasiado desesperado para llamar a Rodolfo Hernández y plantearle una alianza de cara a la primera vuelta presidencial. As lo informó Hernandez en una entrevista en la W este sábado quien además agregó que el acuerdo entre los dos es que el que saque el mejor resultado en la última encuesta se uniría al perdedor. Como a Hernández le va mejor que a Fajardo, la Coalición de la Esperanza quedaría con este último como su candidato presidencial para esta primera ronda. Con todo el respeto que me merece Rodolfo Hernandez, hay un mundo de diferencia entre los dos candidatos, en lenguaje, en muchas propuestas y en el tipo de líder que encarna cada uno de ellos.
Lo primero que debe preguntarse es qué opinan de esta movida de su candidato la larga lista de reconocidos economistas, escritores del más alto nivel, y en general personas que se identifican con exitosas carreras profesionales. Más aun, cómo se sienten frente a la posibilidad de que su candidato sea Rodolfo Hernández, cuyas posturas no son precisamente las que se identificarían con este grupo de personas. O me equivoco.
La verdad es que para muchos sigue siendo una gran sorpresa el poco apoyo que tiene Fajardo y el golpe tan duro que se dio su Coalición. Es más, muchos con gran razón le atribuyen a este descalabro que sin duda obedeció a un pésimo manejo político de todos los precandidatos de este grupo, el duro momento en que nos han puesto a muchos que somos del centro político y no de extremos. Gracias a su falta de entendimiento de la gran responsabilidad que tenían, se limitaron a demostrar sus grandes egos, su ignorancia sobre la política y una cierta ingenuidad inexplicable por su carreras profesionales, al traer a Ingrid para que los acabara. Pero la verdad es que no se asoma por ninguna parte su llegada a la primera vuelta y es nula la posibilidad de ganar. Quedamos de nuevo en una campaña presidencial de extremos. Claro que para muchos, la extrema derecha ni de fundas. Otro Duque, imposible.
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Mantener hasta el final sus ideas, sus principios y eso que también le ha permitido tener un apoyo de quienes lo respaldan, es un valor que no puede perderse
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Pero ante esas circunstancia unirse con un candidato tan distinto, que sin duda tiene sus méritos para ciertos sectores del país que lo apoyan, solo puede explicarse como una reacción desesperada de Fajardo. Y de su equipo, si es que están de acuerdo sobre esa movida. Vale la pena traer a colación que así como hay que saber ganar también hay que saber perder. Perder con dignidad es también una virtud que no saca al candidato del ejercicio de la política, pero acudir a acciones difíciles de entender no solo lo eliminan a el de toda posibilidad sino también a ese grupo de precandidatos que lo acompañaron en la coalición. Mantener hasta el final sus ideas, sus principios y eso que también le ha permitido tener un apoyo de quienes lo respaldan, es un valor que no puede perderse. Sería por lo tanto fundamental, que Fajardo explique por qué está buscando una alianza que solo puede entenderse como el camino de avanzar a todo costo. Y eso acaba con la credibilidad que todo político debe defender aun en los peores momentos.
No se sabe si Fajardo ha medido realmente las consecuencias para ese sector político de centro de una expresión tan clara de que la derrota es inevitable y que solo alianzas así sean incomprensibles, le darían oxigeno a su campaña. Esta jugada deben pensarla muy bien tanto Fajardo como la Coalición.
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