Factores que tienen en crisis a la educación en Colombia

Factores que tienen en crisis a la educación en Colombia

"Cada día el sistema educativo pierde estudiantes, poco saben de geografía, de historia y matemáticas, y saben más de violencia, drogas, fútbol y de rumba"

Por: José Darwin Lenis Mejía
marzo 16, 2017
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Factores que tienen en crisis a la educación en Colombia
Foto: tomada de internet

Estamos viviendo una época donde se presentan permanentes escándalos y situaciones críticas y/o conflictivas en las instituciones educativas y colegios de la ciudad. Entornos inseguros, intimidación escolar, libertad  extrema de la sexualidad, consumo de alucinógenos, bajo interés educativo y pérdida de autoridad de los maestros y directivos docentes son algunos de los más visibles. La crisis radica en la permisividad de los acuerdos de convivencia y la permanente infracción de ellos, por los miembros de la comunidad educativa.

Hoy pareciera que todo se puede hacer y todo vale. Por lo que cabe preguntarnos ¿Qué podemos hacer? ¿Qué cambios introducir? ¿Quiénes son los responsables? el gobierno ha optado por la aplicación de más normatividad sancionatoria y más cátedras de diferente tipo, ha pensado que con activar rutas de procedimiento jurídico y psicosocial los problemas desaparecerán. Desconoce la crisis económica, la desintegración familiar y otra serie de factores que a diario circulan en los barrios y sectores más vulnerables donde los estudiantes tienen que resolver inconvenientes de forma creativa e inteligente para proteger su vida o para ganar recursos y subsistir.  La “pobrerización” de la gente por las políticas asistencialistas, los escasos empleos y la cultura de hacer o conseguir todo fácil, sin el menor esfuerzo crea una mezcla explosiva para lo que casi nada sirve.

Se ha olvidado el MEN, de la prevención pedagógica, de la exigencia y de la pedagogía como herramienta reflexiva y práctica para actuar.

Proponer revisar el currículo y la cantidad de asignaturas es un tema pendiente, más que tener ocupados a los jóvenes recibiendo más de lo mismo en la jornada única, peor aún sin las condiciones básicas.

Las familias desestimulan la escuela y entregan su responsabilidad a los educadores, si al niño le va mal la culpa recaer en los profesores y no en la familia como primer núcleo educativo.

Otro factor que agudiza la crisis, es la pérdida del lugar de relevancia del maestro como referente cultural, porque un tecnicismo a ultranza se apoderó de sus funciones y hace que en cualquier momento se busque al profesor de profesores, profesor “Google”. Además los estudiantes expresen que se aprende más por fuera de la escuela, porque la escuela no promete, ni garantiza nada, lo que muestra que hemos ingresado  a una especie de túnel de la sin razón, del no pensar y hacer lo mínimo, porque ir a estudiar es simplemente cumplir un requisito.

La escuela actual perdió su capacidad para decir algo nuevo, ha disminuido sus principios argumentativos y  pensar de forma crítica es una reliquia. Por esta vía se va encarcelando la pedagogía e invisibilizando sus posibilidades.

De otra parte, los referentes sociales de corrupción, malas prácticas ciudadanas, las crisis éticas de las instituciones estatales y privadas, la desinformación y “deseducación” de los medios de comunicación  generan una creciente desesperanza sembrada en el poco sentido y dimensionamiento que la mayoría de los jóvenes dan a la escuela y al estudio.  Cada día el sistema educativo pierde más estudiantes, poco saben de geografía, de historia y matemáticas, pero saben más de violencia, drogas, fútbol y de rumba.

Es innegable ocultar que la escuela perdió la inteligencia  para comprender su lugar de renovación de los sujetos y de la sociedad.  Comprensión, significa e implica conocerse, es decir, saber cuáles son sus fortalezas y puntos a mejorar, tener proyección sobre sus metas y evaluar sus avances. Hoy difícilmente se aplica con rigor alguno de estos procesos. Planear, es un sofisma de encuentro en la escuela, ejecutar una frustración normativa en la acción  práctica y evaluar se entiende como una forma de control que no ayuda a mejorar la formación o los proyectos. La desarticulación de los verbos, planear, ejecutar y evaluar genera un sin sentido a la escuela y sus residentes. No se requiere planear, todo está dado en la web, ejecutar como práctica genera cansancio y nos agota y evaluar es un asunto fatigante, violento y desagradable.

Queda solo decir,  no podemos perder la memoria y hacer un elogio a la facilidad que nos haga pensar o entender equívocamente que todo es fácil, que nada requiere esfuerzo y que luchar por el conocimiento es inútil. Porque, si todo es así, es mejor entonces desaparecer la escuela que conocemos y diseñar otra, tal vez sin asignaturas, sin horarios, sin rigor y sin la idea de profesores como los de hoy.

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