Cuando se habla de las Águilas Negras algunas personas tienden a creer que se trata de un grupo armado organizado en una serie de subestructuras regionales y locales. Algo parecido a la estructura de las extintas Farc o al ELN; sin embargo, tras años de amenazas en panfletos intimidantes, donde hacen creer que tienen un comando central y bloques en Bogotá y el sur del país, no se han podido ubicar o referenciar los hombres o las estructuras operativas integradas. Algo que sería necesario para “tenderles la mano” con una propuesta de sometimiento, pero a la fecha no hemos podido conocer el “águila mayor” o sus comandantes regionales. ¿Por qué será?
Lo cierto es que las Águilas Negras operan como un grupo de hostigamiento político que cada tanto expide comunicados intimidantes a dirigentes políticos y sociales con un mismo perfil: opositores políticos, activistas reconocidos y críticos al gobierno. Nunca he visto que amenacen a un dirigente uribista o un político tradicional. Si ese ha sido el caso, me lo pueden advertir.
Sin embargo, no hay que subestimar el alcance y el tono amenazante de los panfletos. Sí queda claro que los elaboran personas que le hacen un seguimiento a la coyuntura nacional y que tienen “perfilados” a una serie de líderes sociales y actores políticos. Tras tantos años de amenazas y panfletos, no deja de resultar extraño que la fuerza pública, una de las más avanzadas de la región y con el apoyo técnico de los Estados Unidos, no haya podido desarticular o acaso identificar a uno de los principales actores del conflicto mediático colombiano. ¿Quiénes están detrás de los panfletos y por qué la inteligencia militar no los ha podido identificar? No dudo que tengan todas las herramientas para hacerlo.
¿Por qué siguen por fuera del radar? Como diría el exministro Fernando Londoño (que espero nunca haya sido amenazado por esas águilas): ¡vaya uno a saber!
A Fabián Díaz, representante a la Cámara por Santander, lo volvieron a amenazar en un panfleto publicado a inicios de junio. La amenaza proviene de supuesto Bloque Capital de las Águilas Negras. Según el panfleto, las Águilas están en la tarea de limpiar el país de “la basura izquierdista, líderes ambientalistas y defensores de derechos humanos”.
El tono es el mismo que se ha venido empleando en anteriores amenazas y solo busca amedrentar a quienes vienen ejerciendo una destacada labor de liderazgo en el marco del paro nacional. Ahí se encuentra el representante Fabián Díaz porque desde sus redes sociales ha denunciado la represión de la fuerza pública; la vulneración sistemática a los derechos humanos y el silencio del gobierno, así como de la Defensoría y la Procuraduría.
Tampoco hay que olvidar que Fabián es uno de los defensores más reconocidos del páramo de Santurbán y es uno de los mayores opositores a Duque. ¿Por qué lo quieren callar?
Ante las amenazas y los señalamientos, el representante afirmó que no cederá y seguirá denunciando a los corruptos y las mafias criminales (es el congresista que ha presentado la mayor cantidad de denuncias en los últimos años). Un mensaje contundente para las Águilas que se encubren detrás de panfletos intimidantes ante el silencio de la fuerza pública. Fabián seguirá adelante con su excelente labor, la misma que lo ha convertido en uno de los mejores congresistas y en un líder transcendental para el país.
La Fiscalía debería tomar cartas en el asunto, pues me vuelvo a preguntar: ¿por qué tras tantos años de amenazas no se tienen identificadas a las Águilas Negras o Verdes?
