Hace dos meses Oneida Pinto fue suspendida temporalmente del cargo de gobernadora de La Guajira, y a los pocos días ya se había quedado sola: sus antiguos aliados en Cambio Radical, comenzando por el Vicepresidente Germán Vargas, Alex Char y el director del partido Rodrigo Lara, le dieron la espalda y empujaron la designación de Jorge Enrique Vélez como gobernador encargado. El resultado no ha sido mejor y los guajiros, comenzando por los alcaldes municipales, no están contentos y quieren de regreso a Oneida. Muchos de ellos llegan al despacho del gobernador con camisetas estampadas con el mensaje: "Somos alcaldes no somos bandidos". La tensión es grande.
Desde el día en que fue suspendida, Oneida Pinto ha dado la batalla jurídica para recuperar su cargo. Se rodeó de un pool de abogados de primer nivel liderado por Héctor Alfonso Carvajal, quien fue conjuez y quien asumió el sonado caso de Gustavo Petro contra la Procuraduría. Oneida Pinto también ha apelado a su condición de indígena Wayúu, e incluso ha elevado recursos ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Luego de dos meses, la situación para Oneida Pinto parece ser otra: todo indica que el Consejo de Estado podría reintegrarla a su cargo y sigue siendo la actora política con más votos (180 mil en las pasadas elecciones) y con esa fuerza electoral que consolidó desde la gobernación este fin de semana, arranca oficialmente su campaña por el SÍ en el Plebiscito en el municipio de Fonseca, donde quedará unas de las zonas de concentración de las Farc. La gobernadora le ha hecho saber al Presidente Juan Manuel Santos y al alto gobierno que es su mejor aliada en una región donde las encuestas internas le dan la ventaja al NO que promueve el Centro Democrático.
Oneida no tiene pocos enemigos. Son varios los sectores políticos que se oponen a su regreso, comenzando por los denominados clanes en cabeza de los exgobernadores Jorge Pérez Bernier, Jorge Ballesteros y el representante Alfredo Deluque, quien no ha hecho despejar el plebiscito en La Guajira. Son varios quienes temen que, con su regreso, queden sin ninguna participación burocrática o contractual en la gobernación de Oneida Pinto, que está resucitando como el ave fénix y puede poner de patitas en la calle a quienes la traicionaron.
