Organizaciones campesinas junto con excombatientes del ahora movimiento político Farc han adelantado un proyecto de desarrollo rural en la vereda Playa Rica, ubicada al sur de La Macarena, que fue elegida desde el año 2016 como uno de los 26 puntos de encuentro para los exguerrilleros. Este lugar colinda con las conocidas, históricamente, selvas del Yarí.
A través de capacitaciones que son brindadas por el programa Ambientes para la paz, que está siendo ejecutado por el Consejo Noruego, el PNUD y organizaciones campesinas del sur del Meta, se está apostando por la conservación.
De hecho, dentro del programa de Ambientes para la paz se encuentra una línea de trabajo cuyo objetivo es la preservación de fauna y flora de la región oriental.
Así pues, la implementación de este plan es por medio de la gestión del talento humano, es decir los excombatientes. Durante el proceso de reincorporación en las zonas veredales aprenden a usar herramientas metodológicas y técnicas que ayuden a resguardar y monitorear especies en vía de extinción y amenaza.
Sin embargo, más allá de ser un programa impulsado por el Ministerio de Ambiente, Ambientes para la paz logra forjar lazos de cooperación y reconciliación entre un principal actor de conflicto armado como lo es el extinto grupo Farc y los campesinos de la zona, quienes por años fueron víctimas del conflicto armado.
El circuito que se promueve aquí deja las puertas abiertas a lo que tanto quieren los habitantes de Yarí: formar una región de paz propuesta a ser un destino turístico que deja años de conflicto en su historia.