Eventual gobierno de Trump y la campaña vs. Hillary
Opinión

Eventual gobierno de Trump y la campaña vs. Hillary

De ganar Trump, llegarían con él a la Casa Blanca los elementos más ortodoxos del Partido Republicano. Hillary, con un gran programa, no ha logrado trasmitirlo a la gente común

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noviembre 07, 2016
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La gente común piensa que Trump es un empresario metido a político, que no representa la ideología del partido republicano, pero en EE. UU. los partidos si existen, y el verdadero peligro, no es ni siquiera Trump, sino los elementos más ortodoxos del Partido Republicano que lo apoyan y que llegarían con él a la Casa Blanca. Es una lástima que después de los ocho años de Obama, que se han producido cambios sociales sustanciales, si ganan los republicanos, haya un retroceso en muchas medidas progresistas. Veamos algunas.

Creencias religiosas influenciando decisiones de la Corte Suprema. Es posible que se prohíba el matrimonio, hoy válido en varios estados entre homosexuales. La legalidad del aborto se delegará a los estados, cada uno decidirá si es o no legal, limitando la capacidad constitucional que tiene la mujer de decidir desde 1973, especialmente entre las adolecentes y estudiantes embarazadas, sobre si tienen o no el niño, decisión que debe tomar en conciencia cada mujer sin intervención de ninguna instancia gubernamental, es inherente a su libertad.

¿Línea dura sobre inmigración? Podría pararse la llegada de refugiados que se vienen aceptando de naciones como Siria, la mayoría de los conflictos actuales nacieron por el intervencionismo norteamericano en affairs mundiales; sería muy hipócrita, que siendo un pais de inmigrantes, cerraran las puertas a desplazados que de seguro no existirían sin sus políticas expansionistas. Además está el problema interno de millones de inmigrantes ilegales que viven en los Estados Unidos, quienes podrían ser deportados sin mucha justificación o investigación minuciosa en cada caso.

Violencia, racismo y exclusión sistemáticas en contra de minorías. Por primera vez políticos estadounidenses aceptan que algunas instituciones son racistas y excluyentes, que los prejuicios latentes en contra de las minorías ocasionan violencia, segregación y limitan las posibilidades de una gran mayoría de la población americana. Los republicanos desconocen este problema y apuntan a soluciones simplistas como la clásica “raqueteada” (stop and frisk) para reducir los indices de criminalidad. Sin embargo, las estadísticas han comprobado que estas medidas se consideran racistas y generan violencia. LA necesidad de conscietizar a la Policía ha sido propuesta por Hillary pero veladamente rechazada por los republicanos.

Control de armas. La poderosa NRA o Asociación Nacional del Rifle, que financia muchas campañas republicanas, hace un recio y muy activo lobby, para que ni siquiera se hagan estudios sobre la incidencia del libre e indiscriminado porte de armas sobre los índices de mortalidad, todo indica que este tipo de asociaciones se sentirán en su ley y no se atacará una de las posibles raices de la violencia en Estados Unidos.

Neoliberalismo. Por otra parte Trump dijo que va a privatizar la construcción de la infraestructura de obras públicas en todos los EE. UU., medida que alivia en apariencia el gasto público inicial, pero que la gente termina pagando después a costos generalmente más altos, enriqueciendo a unos pocos en detrimento de casi todos. También dijo que va a reducir los impuestos al 1 % de los más ricos, aduciendo que son los que generan empresa, por ende, empleo y riqueza. Hillary critica estas propuestas, las mal llamadas trickle down medidas económicas.

Amenaza mundial para el planeta. Tal vez de lo más grave sea que los republicanos no creen en lo que ellos consideran “el cuento” del calentamiento global, se han opuesto a medidas de Obama en contra de los combustibles fósiles que dañan el medio ambiente. Además son cien por ciento militaristas, partidarios de la carrera armamentista nuclear, que Obama comenzó a modernizar, y si tenemos en cuenta que Putin (el amigo de Trump), acaba de sacar el nuevo misil intercontinental “SATAN 2”, podríamos pensar, que para mantener el poder de los EE. UU., estaríamos ante una segunda guerra fría, que bien puede terminar en un verdadero holocausto mundial. Estos dos aspectos son lo más grave que vislumbro en la posible llegada de Trump a la Casa Blanca.

Sobre la campaña Hillary vs. Trump. Pero hay cosas refrescantes en esta campaña, de elegir a Hillary, sería la primera vez que todas las minorías unidas, y no los WASP (blancos, anglosajones y protestantes), eligen presidente, lo que puede ser la causa de que esta sea la elección más polarizada de la historia.

Hillary es una mujer preparada para el cargo, mientras Trump es un mentiroso, irrespetuoso, machista, xenófobno tiene experiencia política, pero su estrategia de comunicación ha sido excelente, basada en una comunicación estruturalmente simple, usando palabras que cualquier niño de primaria entiende, así como mensajes simples y directos: en contra de… el establecimiento, los políticos corruptos, los inmigrantes, abogando por la ley y el orden que adoran los americanos.

Hillary en cambio, tiene un excelente programa, maravilloso discurso, pero no ha logrado trasmitirlo a la gente común, no ha convencido con el hecho de que se está cambiando la historia al ser la primera mujer presidenta, y ha terminado representando más de lo mismo, otra dinastía, esta vez los Clinton que ya completan 23 años en la esfera nacional. Si bien derrotó a Sanders, este representaba un cambio y se duda de que sus electores apoyen mayoritariamente a Hillary.

Muchos de los famosos millenials, nacidos después de 1980, no quieren a Hillary, están indecisos entre apoyar una tercera opción o hasta escribir algo distinto en su voto. No quieren más de lo mismo, quieren romper con el establecimiento, quieren algo distinto, Hillary no los convenció.

Los escándalos de ambos candidatos y la patanería de Trump, han dominado esta campaña, el último, una extensión del problema que más ha afectado a Hillary desde el inicio de la campana, el de los correos electrónicos de cuando era secretaria de estado que fueron manejados desde un servidor de correo privado; el director del FBI tiene en vilo la elección presidencial, con deleznable evidencia, sin siquiera una orden de allanamiento, el señor Comey pareciera que tiene decidido pasar a la historia eligiendo al menos indicado de los candidatos, quebrantando la ley, haciendo lo que sea, con tal que no gane una Clinton.

Hillary ha sido la candidata más investigada de la historia de los EE. UU., lo que es muestra de su trasparencia pues jamás ha sido encontrada culpable de algo; pero a pesar de haber hecho una larga carrera de mucho más de un cuarto de siglo con gran éxito, primero como activista política, cuenta con inmensos logros sobre políticas que benefician a los niños, después como esposa de Clinton, luego como senadora, y ahora como candidata con las mejores propuestas; ha sido una gran mediadora, famosa por limar asperezas, una excelente diplomática, defensora de las minorías más débiles de la nación. El desgaste de los ocho años de Obama, los anteriores ocho del propio Clinton, el hecho de ser mujer, de abogar precisamente por los más débiles, todo eso parece estar en su contra, nada de lo mejor que diga o haga le ayuda, pero el más elemental error que cometa, va en su contra.

Mientras muchos americanos optan por Trump, pésimo candidato, del que se desconoce su verdadero estilo de liderazgo, muy poco se sabe sobre su ideología, porque hasta ahora todo lo que ha dicho es estrategia de medios, tal vez ni él mismo sepa en qué cree; lo único que conocemos de Trump es una figura pública del espectáculo de televisión en El Aprendiz, pero tal y como dijo hace poco Obama, ni la oficina oval se maneja como un reality de televisión, ni la presidencia de los EE. UU. es un espectáculo en el que tenga cabida un deslenguado, sin el entrenamiento, ni la diplomacia para conducir a la primera potencia del mundo, y esto, mal manejado, puede terminar en un conflicto mundial de incalculables proporciones.

A esto se enfrenta el mundo en la elección de mañana en los Estados Unidos.

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