‘Eugrafías', es una obra de danza contemporánea con la que Raffaella Tomaselli debuta como coreógrafa y que gira en torno a la relación a través del tacto entre la madre y su hijo.
La propuesta escénica partió del estudio de la "eutonía", una de las corrientes que busca la conciencia corporal y que fue creada por la maestra alemana Gerda Alexander. "En el parto humanizado, las caricias de la madre, el contacto a través de la voz y los sentidos son muy importantes en la díada mamá-bebé; y, en la obra, se representa la eutonía, el tacto consciente entre ambos", explica la autora y directora de ‘Eugrafías', para quien la maternidad no ha implicado truncar sueños ni postergar planes, sino que ha sido un impulso creativo.
La palabra ‘Eugrafías' se forma a partir del prefijo griego ‘eu', que significa armonioso o bello, y ‘grafías', que son mapas personales formados, en este caso, por las experiencias e imágenes de la gestación, el parto y la lactancia, y que son traspolados a la escena.
Junto a Raffaella, en el escenario están dos bailarinas: Yasuní Cevallos y Valentina Lovato, quienes también son madres jóvenes. Sobre las tablas también se encuentra la cantante y compositora Sara Tomaselli, hermana de la directora, que interpreta la música en vivo durante la obra.
El contenido musical es un elemento fundamental en ‘Eugrafías'. Mientras Yasuní, Valentina y Raffaella dibujan los puentes que se tienden a desde la piel en ese ir y venir del tacto; Sara pone la voz a esos cuerpos. "Para mí la danza y la música son parte de lo mismo. La danza es tocar música con el cuerpo", dice Raffaella; Sara complementa: "Ellas (las tres bailarinas) danzan con el cuerpo; yo danzo a través de la música".
Los elementos sonoros evocan arrullos, nanas y cantos ancestrales de diferentes culturas. En torno a esas ideas melódicas, Sara compuso la música que interpreta en cada función: en determinado momento se recrea la música de los indios Xius, de Norteamérica, también hay algo de la India y algo de la Amazonía ecuatoriana. Mediante breves solos también se representa el proceso del parto.
Y mientras los sonidos nos remiten a lo primitivo y recuerdan la sensualidad de lo instintivo; mediante una estética minimalista, con movimientos sutiles, los cuerpos en movimiento nos sumergen en la calidez de ese primordial roce afectivo.