Desde hace varias décadas ha venido resonando más fuerte la denuncia de varios sectores sobre la forma en que se somete al mundo natural para convertirlo en un inventario más de las cadenas de producción, sin respetar los tiempos y los ciclos de renovación de los distintos recursos.
El ser humano es un sujeto de decisiones y su integridad tanto física como moral está condicionada por ellas. También es evidente que es un ser social, llamado a interactuar con sus semejantes y con los recursos que le rodean para garantizar su supervivencia.
La mayoría de las problemáticas relacionadas con el medio ambiente Tiene como raíz una mala formación humana, manifestada en la falta de criterios éticos. Actitudes negligentes tanto de grupos empresariales como de simples transeúntes son síntomas de un enorme vacío moral donde cunden la inconsciencia y la falta de pertenencia.
Desde hace más de 1600 años que podríamos encontrar un argumento sobre las implicaciones éticas que conlleva el hecho de volcar una jerarquía de valores. En el siglo IV Agustín de Hipona hacía una distinción muy interesante entre la Sapiencia y la Ciencia.
Por un lado el objeto de la sapiencia es definir el fin último del hombre y el de la ciencia el dominio del mundo sensible. En aquellos momentos en que la ciencia ha pretendido apropiarse y definir el objeto de la sapiencia es cuando más se ha puesto en entredicho la esencia del ser humano… Los mismo ocurre en este contexto en donde diversas ciencias han subvalorado el ser humano sometiendo su integridad a la merced de las consecuencias que trae el abuso de los recursos naturales.
La recuperación del medio ambiente no se logra solamente con sanciones porque las mismas en muchos casos no logran recuperar el daño causado. La recuperación del medio ambiente debe tener como punto de partida un proceso de educación y prevención donde se cultive en la conciencia de las personas el sentido de pertenencia y el cuidado de la naturaleza mediante la ejecución de acciones muy concretas para que las personas puedan generar hábitos de limpieza y aprovechamiento de los distintos recursos.
Ahora bien, adelantar un proceso de prevención y educación ambiental necesita de muchas condiciones y garantías que pasarían incluso por un cambio radical de sistema económico y cultural que brinde más equidad, ya que es muy difícil hablar de aprovechamiento de recursos naturales a un sector social en donde esos recursos ni siquiera existen.
La ética es el arte de vivir bien, y el vivir se aprende por medio del ejercicio de hábitos de vida saludable que fortalezca en las personas el deseo de estar en equilibrio consigo mismo y con todo lo que les rodea. En un programa de desarrollo ambiental es importante abrir un espacio de reflexión ética en donde se proponga una estrategia de hábitos que genere en las personas mayor conciencia y responsabilidad en el uso equilibrado de los recursos, encontrando así una oportunidad de formar mejores seres humanos.
