“Quien pierde la intimidad, pierde la libertad y además se le pierde el respeto y sin respeto no hay convivencia” Miguel Wiñaski
Los medios de comunicación hoy en día son una herramienta que representa un papel fundamental para la construcción de la reputación del ser humano en la sociedad. En la actualidad, somos testigos de que es un acto evidente cómo los medios de comunicación construyen noticias en un proceso que supone incluir, excluir y jerarquizar ciertos hechos en las agendas informativas.
Considerando lo anterior, vale decir que residimos en un país donde la ética periodística basada en valores, normas, principios y reglas se haya afectada por múltiples influencias teniendo en cuenta sus intereses. Debido a esto, es de vital importancia tener en cuenta que, al redactar una noticia, el contenido implícito en esta trasciende más allá de la intención o el propósito que se haya tenido en cuenta para realizarla; dado que a través de esta buscamos un máximo acercamiento a la realidad de nuestro día a día o también porque al no manifestarse nos alejamos de la misma.
Una de las garantías fundamentales consagradas en la constitución, es el derecho a la intimidad. A partir de esto, el deber de todo periodista ético rige en función de respetar la vida privada del individuo.
La responsabilidad del periodista en este sentido es social, debido a que aquello que está informando coopera a crear una población donde prime la justicia y el respeto por la dignidad humana.
Los medios hoy en día son el mecanismo más poderoso que permiten contribuir con el desarrollo de la ciudad como espacio de encuentro y unión. Pero también para su perjuicio pueden influir a una sociedad de miedo, separada y llena de estereotipos. Depende de cómo comprendamos la ética profesional y la responsabilidad social a la hora de informar.
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