Estoy con los que rechazan esta putrefacta clase política gobernante que ha capturado el Estado para su beneficio, incluida la izquierda, que ha dirigido los territorios y que no han marcado diferencias con las dirigencias tradicionales.
Estoy con los que rechazan las clases empresariales que han explotado y empobrecido a la clase trabajadora y no cesan en su intento (dcto 1174 - 2020).
Estoy con los que rechazan los medios de comunicación, lacayos del poder y manipulan la información.
Estoy con la juventud que ha visto como han sido explotados sus mayores y no han hecho nada. Incluidos las burocracias pensionadas de las centrales obreras.
Estoy con las marchas y las protestas encaminadas a buscar cambios estructurales enmarcadas en un proyecto político, democrático y participativo sin ideologías foráneas.
Estoy convencido de que si la clase política de derecha (de izquierda y centro) acepta y cambia su voracidad clientelista y hace del mérito constitucional su programa de gobierno será una buena señal.
Estoy convencido de que no podemos volver al conflicto y a una eventual guerra o levantamiento armado para buscar los cambios. El acuerdo de paz es un camino por iniciar y proyectar para la conquista de la paz y la democracia.