Comienzo así:
Es tal la equivocación tan reiterada de la derecha mundial que en Colombia es un absoluto desastre con imaginación de monja chillona, que ya se parece a la izquierda durante aquellas fases pretéritas de la Enfermedad Infantil del Izquierdismo, dominada por el pensamiento leninista. Resultó que Lenin fue demasiado a la izquierda: no podía haber una revolución socialista en Rusia pues según Marx, que ya no estaba vivo para entonces, no estarían dados los niveles del desarrollo capitalista adecuados. La derecha, copiando sin piedad todas las formas de lucha inventadas por la izquierda, es la nueva fase de la concepción mamerta de la historia. ¿Quién duda que tienen un brazo armado?
La derecha cree que puede dominar el mundo, es decir, hacer la Revolución Permanente desde su precaria perspectiva tomando el odio otra vez como bandera. Es obvio que, tal y como le ocurrió a la izquierda, podría incluso apoderarse de Rusia y sin embargo, cincuenta años, después entregarse sin pena ni gloria.
Pero, es apenas lógico pensar que su bagaje teórico no le alcanza para eso. Caerá ruidosamente mucho antes. Por lo tanto hay que idear qué se hace cuando caiga del poder. Ya con el cambio climático escribió su propia lápida: le resultará tan caro girar que se le derrumbará más de un carromato de su tren hasta quedar exangüe.
Ahora solo debemos anticiparnos a ponerle flores al ataúd. Qué corona le pondremos. No podemos esperar a hacer el cajón como en Mientras Agonizo de William Faulkner o, como ocurre en aquella caminata memorable y tan implacable bajo el sol de El llano en llamas del increíble y fantasmagórico Juan Rulfo.
Una ruta de lo que debe hacerse está siendo debatida actualmente en Portugal donde ha vuelto a ganar, apenas el domingo pasado, el Partido Socialista. Otra parte está siendo bosquejada a la vista de todos durante la actual campaña por la candidatura demócrata y su componente de socialismo democrático que podría derivar hacia una nueva fase de la Revolución Americana liderada en parte por Alexandra Ocasio-Cortéz y su New Green Deal. Obsérvese sin dilaciones ni esperpentos que el desastre de Trump debe asumirse como una metáfora de qué tan estruendosamente caerá la estantería. Los alambres pelados de su encarnadura fascista muestran la magnitud del cortocircuito.
Debo anticipar de entrada y de mi propia cosecha que en lo leído del debate de Portugal no se está debatiendo el mayor peligro que se cierne sobre las concepciones socialistas: la corrupción. En Grecia treinta años en el poder pervirtieron a su dirigencia que finalmente entregó los trastos de una manera tan cruel que se vio obligada a profanarse nada menos que de neoliberalismo y abrazó los planes nefastos que le impuso el FMI y el Banco Europeo comandado por Draghi, o el Conde Draghilla como lo han bautizados los alemanes. La podredumbre del final de la Grecia socialista lucha cabeza a cabeza con igualar la neoliberal que no produce sino ladrones a diestra y siniestra.
Yo agrego: el Conde Draghilla es como un Godzilla de dimensión vampira. Ellos se pervirtieron porque qué más podían hacer si la misma Rusia Soviética lo había hecho con mayores tentaciones y luego Europa Oriental y más tarde la mismísima China. Bueno, pero también es cierto que en ninguno de eso países hubo socialismo; Stalin se habría cagado en todo, más allá de no haberse instaurado más que revoluciones democrático burguesas tal y como han develado las investigaciones recientes sobre tales caídas. Sin embargo, ese socialismo, aun dentro de su tremebunda torpeza nos ha entregado a potencias capitalistas emergidas de la talla de Rusia y China, lo cual no dejaría de alabarse.
He aquí las advertencias en Portugal: el Partido Socialista (PS) comandado por Antonio Costa ha puesto punto final el periodo de la Geringonça, es decir, aquella taxonomía política, propia de una biblioteca china (hablaba de ella J. L. Borges), como la capacidad de control que más mal que bien o viceversa le hacía, he allí la naturaleza íntima de tal berenjenal, obligado como quedaba por la necesidad de alianzas con otros partidos. Costa no está entendiendo que la alianza presupone el compromiso pero también el control sobre su propia dimensión y la de sus áulicos.
Ahora, ganador de las elecciones, imbuido de cantos de sirena, Costa cree que puede reinventar el mundo, lo cual sería una idea plausible y deseable si aceptara alianzas de control político, aun a regañadientes. Costa estaría haciendo lo mismo que hizo Chávez en Venezuela: tras un fácil triunfo militar, casta que todavía acompaña, creyó que podía acabar con la burguesía venezolana y hasta con el nido de la perra y quedarse con todo. Y aunque lo hubiera hecho debía proceder luego como lo hizo al final Deng Tsiao Ping sin ambages: llamó a la burguesía a hacer la riqueza pues son quienes saben hacerla. Aprovechó el terror de la revolución cultural china y dio el timonazo. Eso es lo que entiendo que quiere decir: no importa que el gato sea gris con tal que cace ratones. Peor lo había hecho Putin, se alió con la mafia rusa que llegó a negociar con narcotraficantes colombianos hasta bombas y submarinos nucleares. Bueno, claro que Chávez venía de una vieja tradición de Copeyanos y Adecos, semejantes angelitos de Dios, que siguen siendo la peste que ahora acosa a Maduro; pero por la cual se desvive en reinstaurar en el poder nuestro flemático canciller.
Como una prueba de que algo se cocina, “António Saraiva, oponiéndose a cualquier acuerdo de partidos sobre el salario mínimo y subrayando, después de la reunión con el PS, que "no podemos ver solo el equilibrio o el desequilibrio de la izquierda, tenemos que ver que este Gobierno también encontrará el equilibrio a su derecha, y que las mayorías del parlamento tienen geometría variable tanto a la izquierda como a la derecha".
¿Pero será que eso no significa austeridad en los términos del FMI o “hacer lo que sea necesario” en términos de Draghi? Cualquier cosa que signifique lo que dice Saraiva, lo cierto es que obtener una limpieza de pensamiento es la actualidad es poco menos que inverosímil, lo cual implica que Saraiva no debe a negarse a abrir el debate sobre el salario mínimo pues si un gobierno socialista no aprovecha su cuarto de hora para producir algún ligero alivio en todo el desastre sobre los salarios a nivel internacional entonces no está leyendo bien la victoria. Que solo sea Portugal que insista en la utopía de un nuevo estado de bienestar. Que saquen algo en limpio sobre cómo debe leerse eso ahora. Leyéndolo desde la óptica de Deng Tsiao Ping, ¿será que un arreglo con los sindicatos obreros no ayuda a cazar ratones? Pero, claro que sí. ¡Y otorga poder!
O será que teme que la burguesía no le financie las campañas políticas. Cabe una réplica: debe inaugurarse la fase en que los sindicatos ayuden a financiar las campañas políticas, sin que se les impute como anarcosindicalistas, igual a como lo hacen desfachatadamente las empresas, sin que se les endilgue un ápice cual anarcocapitalistas.
Portugal debate la diferencia entre “ingreso” y “derecho laboral”. ¿Pero cómo puede materializarse y sobre todo garantizarse, un beneficio sobre el ingreso si no se toca el cambio de la legislación. Los sindicatos nunca han entendido la lucha por el derecho laboral más allá de la pertinencia del ingreso. Casi siempre se conforman apenas tienen el bolsillo lleno con aquello del salario mínimo, por más mínimo que sea. ¡Craso error!
Si hubiera que pensar en una garantía para el Estado de Bienestar futuro eso debe pasar por debatir en qué consistirá un derecho laboral, incluso de cara al potencial dominio de las plataformas y el dominio de la robótica. El triunfo del gobierno socialista de Portugal le debe eso al mundo, de la misma manera como debería esperarse que ocurra y con mucha más razón y profundidad si triunfa un socialismo democrático en los Estados Unidos.
Inclusive debe irse hacia insurgentes perspectivas de derechos de nueva generación; por ejemplo, debería exigirse una compensación salarial por la devastación que implica el Cambio Climático. ¿Cuánto del ingreso familiar se está llevando en cada hogar luchar contra el calor creciente del Cambio Climático? El mayor sudor en la ropa y su deterioro inherente, ¿cuánto vale? Esa factura debe pagarla el capital pues desde siempre es una externalidad que ha pasado a ser parte de sus utilidades inconfesas.
El partido socialista ha ganado las elecciones lo cual quiere decir que puede moldear el espacio-tiempo. Entonces puede haber una lógica de cuadricularlo tal y como se hace para simular este fenómeno exclusivamente relativista en los textos. Pero ni al mismo A. Einstein, con toda y su imaginación se le hubiera ocurrido jamás que el espacio tiempo está lleno de líneas. A lo sumo puede ser un campo lleno de materia convirtiéndose en energía y viceversa y eso no deja líneas en ninguna parte. Claro, los políticos no son tan inteligentes como para imaginar semejante sutileza. Si la política socialista dejara de ser newtoniana tendría que aceptar la cuántica cual presupuesto teórico, en tanto derivado no racionalista de la Teoría de la Relatividad.
Y eso qué significa. ¿Y eso con qué se come? Sencillamente aceptando que más allá del determinismo esta la probabilidad. Si el triunfo electoral permite prefigurar el espacio tiempo pues cabe hacerlo de la manera socialista a sabiendas de que tanto la solución como la equivocación hacen parte de la misma realidad. La habilidad estará en la acomodación pues no se puede hacer parte de la realidad sin influir en la medición de la misma. Unas veces será materia y otras veces será onda pues es de la naturaleza de las sociedades y de los hombres ser polvo de estrellas, así de sencillo.
Pero mucho me temo que ningún socialismo todavía ha entendido jamás este asunto.
No es de la naturaleza de la política inmiscuirse en debates sobre asuntos universales. Es una verdadera lástima. Podría servir para algo.
Comento que la frase de José Acevedo y Gómez todavía está impalpable. Es increíble su atemporalidad. ¡Cuánta premonición! Cómo pudo adivinar que tendríamos un gobierno como este. Solo le faltó agregar la mortandad de líderes sociales, ah… y la pasada presidencia del Congreso.
Posdata: Comento también uno de los desastres de la mamerteada: cabría esperar que la supuesta monja aquella se declare en huelga de hambre. Podría vender boletas a millón entre sus correligionarios mientras ocurre el espectáculo que todos esperamos.
Notas. José Acevedo y Gómez: Santafereños: Si dejáis perder estos momentos de efervescencia y calor, si dejáis escapar esta ocasión única y febril, antes de doce horas seréis tratados como sediciosos; ved los grillos, los calabozos y las cadenas que os esperan.
Por otra parte, eso de inventar el mundo es cosa seria: basta leer la Teoría de la Inflación del Universo de Alan Guth para imaginarse hasta qué punto se han necesitado 13.700 millones de años y mírese por dónde vamos, con tan solo un planeta habitable. ¡Semejante desperdicio! Y eso sin comentar que apenas nos hemos inventado como rey de la creación, semejante pildorita que somos. ¡Cuánto desastre!
Una nueva implosioncita no nos caería mal si nos catapulta a otro universo creíble donde siquiera tengamos vecinos aunque fueran a nuestra imagen y semejanza.
Advierto, al sesgo, que el concepto de línea de alguna manera fue debatido por Einstein en su libro sobre la relatividad cuando, a propósito de debatir sobre la geometría de Euclides, sentencia que ella no deviene de principio físico alguno. Y sin embargo, el Universo resultó ser de naturaleza geométrica y si es plano es euclidiano.
He leído y cito: Portugal: Después de las elecciones, ¿qué programa, qué gobierno? Dossier, publicado en Sin Permiso.