Los sonidos de la calle fueron los favoritos del público en el último día del Lollapalooza colombiano (Estéreo Picnic). El punk, en su versión más pop y apta para todo público con Blink 182 y The Offspring, combinado con ese universo tan extenso de sonidos que se encierran en la palabra ‘urbano’.
Un término tan amplio en el que pueden entrar desde estrellas de reggaetón y trap –invitadas a esta edición del festival– como Esteban Rojas, Nicki Nicole o YSY-A, pero también los artistas con públicos más selectos como Oblivion’s Mighty Trash o La Etnnia. Que aunque no estaban en los escenarios principales, dieron shows poderosos con sólidas convocatorias.
Mientras sonaba la canción “Bello” de Oblivion’s Mighty Trash, y su letra sobre los bonitos recuerdos del barrio, me volvió a rondar por la cabeza esta idea –que está presente en este artículo de un libro de Blink 182 que publiqué este fin de semana– de que si todo tiempo pasado no fue peor, por lo menos, sí un epicentro de una profunda esperanza que para muchos con los años fue desvaneciéndose.
Y entiendo que ese es el hilo conductor de muchos artistas que se presentaron en el cuarto día del Festival Estéreo Picnic, que han sabido comunicar la desesperanza contemporánea de una manera brutalmente genuina. No por hacer plata, sino porque ellos también la padecen.
Es posible que esa sea la misma razón por la que La Etnnia, no sólo ha resistido 40 años en pie, sino que también resulta un faro guía para chicos de todas las generaciones. Sus canciones como “527” y “Pasaporte sello morgue” son clásicos de la música popular nacional. Antes de irse, a pedido del público, la banda suma su canción “Real”.
Ni siquiera sabían si les alcanzaría el tiempo para hacerla, pero todo por los fanáticos que se la cantaron completica.
El reggaetón y el trap, el pop latino del momento
En un momento en que muchas canciones latinas se producen con dembow, ese beat tan característico del reggaetón, el urbano se ha convertido en el hermanito menor del pop. Estéreo Picnic comienza a entenderlo.
No sólo por el cierre del sábado con Feid, sino porque este año también se la jugó por una de las estrellas emergentes del país: Esteban Rojas, comandante de la primera raza de reggaetón caleño que se hace llamar Cali Cartel. Además, este artista acaba de lanzar un remix de uno de sus últimos temas con el Ferxxo ("Sueños perdidos") y él incluso lo invitó a cantarlo en su presentación.
Si hablamos del impacto que ha logrado tener Esteban Rojas en pocos años de carrera (su primera canción en Spotify es del 2020), lo más impresionante son sus números. Sus dos mayores éxitos superan los 10 millones de reproducciones, canciones que no faltaron en su show.
Como “Bulevar”, que hace con Pirlo –el reggaetonero caleño más famoso del momento– y “Todos mienten”, que en realidad es de la artista quindiana Soley, pero con Esteban Rojas como invitado.
Su show también tuvo de invitado a Juan Duque para la canción “Galicia”, el exnovio de Lina Tejeiro que ha sabido aprovechar muy bien los chismes que le inventan –o le difunden– en programas de televisión, para convertir gradualmente canciones “Chimbita” en auténticos fenómenos de redes sociales.
Soley es una estrella ascendente que Shock refirió como una de las 15 figuras promesa del año y también estuvo invitada en el show. Como argentino criado en Armenia, sé que si hay una cantante de la ciudad que está haciendo 10 millones de reproducciones en Spotify, es porque ahí hay un fenómeno musical –sin precedentes– a punto de florecer.
Por primera vez en Colombia, Nicki Nicole
Nicki Nicole deslumbró en su primera presentación en Colombia y arrancó con puros éxitos: Su Bizarrap Session –pero con guitarra eléctrica y mucho EDM–, “Colocao” y “8 AM”, fueron algunos. La trapera, a ratos reggaetonera o estrella pop, tiene un show bien montado donde las luces y los bailarines (ella incluida) nos ponen constantemente a menear las cabezas.
No hizo referencias a su situación amorosa con Peso Pluma, aunque sus fanáticos tampoco las esperaban; pero sí regaló uno de los momentos más esperados por ellos con su canción “Mamichula”, el hit que hizo para el disco de su exnovio Trueno. Otro palo del Bizarrap.
Otros éxitos como “Ella no es tuya” (originalmente de Rochy RD), “No sé qué le pasa conmigo” y la cumbia “Otra noche”, que ella hace con Los Ángeles Azules fueron otros momentos especiales de su concierto. Nicki incluso bailó “Colombia tierra querida” y hasta habló de su amor por los Chocorramitos.
Seré sincero y confesaré que nunca había escuchado hablar de Latin Mafia y que me sorprendió mucho la cantidad de gente que estaba esperándolos. Arrancaron con una presentación que parodiaba series como Friends o How I Met Your Mother y luego sus canciones que se movían entre el rock y los sonidos urbanos, siempre estaban relacionadas con algún meme en la pantalla. No faltaron “Patadas de ahogado”, ni “Julietota”, dos de sus canciones más reproducidas en plataformas digitales.
Y para cerrar la cuota urbana del día, estuvo YSY-A. El cantante y productor argentino que ya había estado haciendo trabajo de hormiga presentándose en pequeños bares en Bogotá y alrededores. Hard Techno combinado con letras ingeniosas, con algunos coqueteos al trap.
Canciones de su nuevo disco El after del after, como “24/7 6.5” y “No da más”, muestran una nueva cara del pop urbano, que podría ser la que marque la nueva tendencia en este sonido. Mucha electrónica, canciones muy arriba y letras para mantener al público atento en todo momento.
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El punk de MTV con The Offspring y Blink 182, los cierres de las tarimas principales
En medio del show de Nicki me fui unos minutos a ver a The Offspring, que entonces estaba estallando frente a decenas de miles de personas con “Bad habit”, una de las canciones más queridas del disco que los catapultó a la fama llamado Smash.
Prefierí ver a Nicki Nicole, porque hace años la esperaba y a The Offspring los pude ver en su mejor momento (por allá en 2005). Y aunque Dexter Holland ya no canta igual y las canciones tienen que estar a tonos más bajos para él pueda lograrlas, me parece injusto criticarlo por su “envejecimiento” como están haciendo muchos opinólogos de las redes.
Algo parecido pasa con Blink 182; aunque Tom, Mark y Travis todavía tienen energía de sobra y soporten un vivo sin fisuras. Como dijo un influencer argentino, su baterista –considerado uno de los mejores del mundo– es un androide que la agrupación enciende cada vez que pisan un escenario. Nos regalaron 26 canciones y es más fácil hablar de las que no tocaron, que del montón de éxitos que sí nos brindaron esa noche.
A mí solamente me faltaron “Adam’s song” o “Josie” y amé ver en vivo “Anthem part 2”, “Dance with me”, “Bored to death” (que demuestra que los chicos no sólo cantan, sino que todavía gritan), “Dammit” (con un pedacito de una canción de Taylor Swift) y el cierre con fuegos artificiales mientras sonaba “One more time”.
Entre las muchísimas cosas que se podrían destacar de su show, me gustaría hacer énfasis en la forma tan precisa en que Blink 182 maneja los fuegos artificiales y las visuales en pantalla o en cómo sus fanáticos llenaron el Parque Simón Bolívar de referencias a sus canciones. Aliens por doquier, chicos disfrazados del protagonista de “First date” y hasta tres nada sensuales enfermeras. Al menos para mí, porque eran hombres.
Uno de los detalles "mágicos" de la velada fue que aunque se pronosticaba lluvia desde temprano, esta solamente comenzó a largarse en la última canción del show de Blink 182 y que, incluso, cayó de forma tenue. Sin aguar el momento de los que estaban ansiosos por disfrutar del resto del evento.
Mientras el escenario principal del Estéreo Picnic se llenaba de luces pirotécnicas, dando inicio a la clausura de los escenarios principales, Arcade Fire se apoderaba del segundo escenario con canciones como “Age of anxiety II” y “Creature confort”.
Al comienzo les decía que la esperanza y la desesperanza eran el hilo conductor, porque estas últimas bandas representan lo bonito y lo positivo de los últimos veinte años. Así que mientras ahora se puede llorar un poco escuchando a Bad Bunny denunciando la gentrificación, también podemos regocijar el alma cuando Blink 182 canta “levántante y resiste” (“Anthem part 3”) o Arcade Fire alienta con un “niños despierten, reconozcan sus errores” (“Wake up”).
Otro detalle bonito fue que esta canción la cantaron en español y que minutos antes habían llamado a Li Saumet para hacer “Fuego”. Es tanto el amor, o la gratitud, que Arcade Fire siente por Latinoamérica que en Chile y Argentina hicieron “Gracias a la vida”, compuesta por la chilena Violeta Parra y popularizada por la argentina Mercedes Sosa.
Me cuesta pensar en otras bandas que suenen tanto a esperanza como Arcade Fire y me cuesta pensar que, aún entre el manto de capitalismo que hace rentables este tipo de megaconciertos, el Estéreo Picnic me deja con impresiones bonitas. No seremos los adultos que soñamos cuando el punk californiano estaba de moda, pero por lo menos tenemos razones para luchar y música poderosa que nos lo recuerda.
La música sana, dicen y parece que por cuatro días, más de 150.000 personas fuimos a recibir nuestra vacuna para la desesperanza. La peor epidemia y que sólo se combate resistiendo y tumbando las paredes, como grita The Offspring, desde hace más de veinte años, desde una de sus más famosas canciones.