En la cuadra donde ahora está ubicado el Banco de la República estuvo una de las mayores joyas arquitectónicas que ha tenido Bogotá. O al menos, así lo piensa el escritor Andrés Ospina, influencer e investigador especializado en temas relacionados con la ciudad.
El Hotel Granada fue construido por Alberto Manrique Martín e inaugurado en 1928, pero se demolió apenas 23 años después, quien también hizo otros edificios de la época como el Edificio Cubillos y el Teatro San Jorge.
Con sus ocho plantas de altura, el Granada dominaba el paisaje urbano con una presencia imponente y elegante. Contaba con 160 habitaciones y 108 apartamentos, todos equipados con baño y teléfono, lo que era una novedad para aquellos tiempos. Además, ofrecía servicios de salón de belleza y peluquería, restaurante, bar, salón de té y un restaurante muy concurrido por los cachacos de la época.
El hotel fue un símbolo de modernidad y lujo, comparable con los grandes hoteles de capitales europeas. Su restaurante era un lugar predilecto para la élite bogotana, quienes se entregaban a la tertulia y disfrutaban de los platos a la parrilla durante la semana y de los bailes de fin de semana.
Uno de los momentos más emblemáticos del Hotel Granada fue en 1947, cuando el músico Lucho Bermúdez presentó el porro y la cumbia en su espectacular pista de baile, introduciendo estos ritmos como grandes novedades bailables en la capital colombiana. Además, el porro "Pachito 'E Che", que años más tarde será retomado por el Deportivo Cali, está inspirado en uno de los empleados del lugar.
A pesar de haber sobrevivido a los incendios de la revuelta popular del Bogotazo en 1948, el destino del Hotel Granada estaba sellado. En 1951, sin una explicación clara y dejando un vacío en la memoria colectiva de la ciudad, el hotel fue demolido. En su lugar, se levantó el Edificio del Banco de la República, cerrando así un capítulo importante en la historia urbana y cultural de Bogotá.