Así es, el sueño de muchos quedó en manos de quizás el que más se lo ha merecido, un trabajador incansable del oficio de informar, nacido en Popayán, proveniente de la academia, Comunicador Social y Periodista, de la Universidad del Valle, magíster en Ciencia Política de la Universidad Javeriana y que ingresó hace 27 años al diario El Tiempo. Además, en 1993, fue uno de los primeros egresados de la Escuela de Periodismo creada por el periódico.
Andrés llegó con humildad y sencillez, pero con la frente en alto, y como muchos, sin duda, al grupo editorial más importante e influyente del país y poco a poco demostró, siendo el popular termino de un cargaladrillos, no solo su pasión por la profesión, sino se convirtió en un redactor de confianza, en un periodista que también iniciaba la graduación de la praxis periodística en la mejor escuela, rodeado de nombres y figuras que enaltecen hoy en día la historia de 110 años de El Tiempo. Su camino no podría ser más calculado para crecer en madurez y convertirse en garantía de ética y profesionalismo. Corresponsal, periodista de las secciones: Nación y Política, editor regional en Valle, editor jefe y jefe de redacción, además de subdirector, este último durante 12 años antes de ser nombrado por la junta directiva como el reemplazo, nada fácil de Roberto Pombo. Lo anterior y mucho más se ha dicho sobre Mompotes, una vez se conoció su nombramiento como director y que en propiedad comenzará a ejercer a partir del próximo 1 de marzo, y no es para menos. Es un hombre que muchos coincidimos en el sector del periodismo con la definición de un colega ejemplar, un periodista de periodistas, con estricta formación académica, hombre de familia, un amigo y ante todo un ser humano integro.
Otra de las grandes verdades del acierto de este nombramiento y que nos produce un gran respiro, es que con la decisión por parte de la junta directiva de la Casa Editorial El Tiempo, se entrega la garantía de la continuidad del verdadero periodismo al interior de su sala de redacción, la inyección y composición ética que impulsará también Mompotes, los intereses personales y políticos y por qué no, el abuso sin límites de la tecnología, cuando está a sus anchas “mete el dedo en el postre” en la que se define técnicamente, en el carácter informativo, lo que es noticia y lo que no es, como titular y porque un título y no otro, la llamada vulgar robotización de la profesión periodística, sin tener en cuenta que el periodismo enmarcado en el derecho sagrado para el lector de ser informados con objetividad, beneficio históricamente para el lector, o mejor hoy en día, el usuario y visitante de la plataforma gigante de contenidos noticiosos.
Los retos para Mompotes son inmensos, en una coyuntura social excepcional de crisis mundial, nacional y local. Además la incertidumbre que inunda a nivel económico en los medios de comunicación, agregándose a esto, una dinámica sin descanso a la modernidad y la innovación constante en la comunicación digital, el cual El Tiempo viene también liderando con creces. Sabemos que la nueva dirección logrará cumplir sus metas porque ahí al lado de su oficina como jefe, muy cerca están los que lo han acompañado, periodistas de profesión, que batallan contra los enemigos de una información limpia y transparente.
Por último, y como si fuera poco, Mompotes también es garantía para su junta directiva ante las expectativas de los números, “el negocio empresarial del medio”, en la coherencia que un excelente producto informativo, trae como consecuencia una próspera utilidad financiera y crecimiento en credibilidad, confianza y reputación.