La Universidad Nacional de Colombia “volvió a ubicarse como la mejor universidad del país. Con una calificación de cuatro estrellas, y una posición global de 254, del listado anual de los mejores 959 centros de educación superior en el mundo, según lo reveló el ranking Quacquarelli Symonds (QS)”. “Este listado mide variables como el grado de investigación, la reputación académica, la posibilidad de que los egresados consigan empleo y los convenios internacionales de cada institución” (1).
Esta es una excelente noticia en el sesquicentenario de la fundación de la universidad. De acuerdo a la historia, ”en el país, la concepción de una universidad pública y estatal comenzó a concretarse poco después de la independencia. La administración Santander, desde la vicepresidencia de la Gran Colombia, organizó la Universidad Central de la República (con sedes en Bogotá, Caracas y Quito) como primera expresión jurídico-institucional de la universidad pública. Hacia 1830 empezó a funcionar con profesores y estudiantes que mantenían viva la experiencia de la Expedición Botánica” (2).
Su fundación:
“Luego los gobiernos federalistas y radicales –con el argumento de que las universidades eran monopolios de enseñanza y trabajo que atentaban contra la libertad individual – la cerraron, hasta que en 1864 José María Samper, antiguo radical, presentó un proyecto de ley al Congreso de lo que llamó Universidad Nacional de los Estados Unidos de Colombia. El 22 de septiembre de 1867, mediante la Ley 66, fue oficialmente fundada” (3).
Estela Restrepo Zea en su libro, “La Universidad Nacional en el siglo XIX, Documentos para su historia”, narra: “El 22 de septiembre de 1867 el último Congreso federal fundó la Universidad Nacional de los Estados Unidos de Colombia con el fin de propagar la ciencia moderna y hacer de ella la clave del sistema educativo. El Senado de la República, vocero de quienes consideraban que en la cultura científica estaba el cuerpo de conocimientos al que debía acceder la élite intelectual de la época, aprobaba así el proyecto presentado por el senador José María Samper y las adiciones hechas por don Lorenzo María Lleras”.
“Los radicales (...) libertarios en extremo, creyentes a la letra de la ley, anti-clericales la mayoría", tenían concepciones distintas sobre la verdad y el orden moral. Mientras algunos de ellos, los herederos de las ideas de Condorcet, no dejaban "ninguna duda al reivindicar con orgullo como verdad eterna y única la de la ciencia y la de la razón". Otros pensaban que el decálogo no podía entrar en el mundo de la lógica. Sin embargo, antes de que sus particulares diferencias hubiesen sido objeto de controversia, todos respaldaron el proyecto de Samper (4).
El Artículo 1º de la Ley 66 del 22 de septiembre de 1867, reza, ”Autorizase plenamente al Poder Ejecutivo para que entre en arreglos con el Gobierno del Estado Soberano de Cundinamarca i con las municipalidades de Bogotá, con el objeto de obtener la organización de una Universidad en la capital de la República la que llevará el nombre de "Universidad Nacional de los Estados Unidos de Colombia. Artículo 2º Serán bases fundamentales de estos arreglos: 1ª Que la Universidad conste de seis escuelas o institutos especiales a saber: Escuela de derecho, Escuela de medicina, Escuela de ciencias naturales, Escuela de Escuela de injenieros, Escuela ó Instituto de artes i oficios i Escuela de literatura i filosofía; firma Santos Acosta Presidente de los Estados Unidos de Colombia y Carlos Martin Secretario delo Interior / Relaciones Exteriores” (5).
Es así como nació una de las instituciones universitarias más sobresalientes no solo en Colombia o América sino en el mundo. Esta cada día une brechas científicas, intelectuales y académicas.
José María Samper Águdelo:
El fundador de la universidad nació en Honda (Tolima), un 31 de marzo de 1828. Él se caracterizó por su deseo e interés en conocer más allá de lo que le rodeaba. Esto lo llevó luego a viajar por Europa, en donde colaboró con revistas especializadas en geografía, historia y literatura. Estando en Londres y al conocer las universidades allí escribió: “La idea que uno tiene de las universidades, tales como las he conocido en Hispano-América, en España y Francia y en Italia y Alemania, queda del todo modificada al visitar las universidades de Inglaterra, sobre todo las de Oxford y Canbridge. El Oxford, la Universidad absorbe, por decirlo así, a la ciudad entera. Allí los profesores, empleados y estudiantes son todo, y los ciudadanos nada o casi nada” (6).
Sus primeros estudios los hizo en su tierra natal, y secundaria en Bogotá en el colegio de Don José Manuel Groot, luego en el Colegio Mayor de San Bartolomé. Posteriormente, pasó como interno a un colegio que había fundado Mariano Francisco Becerra. En 1843 eligió la carrera de jurisprudencia en el colegio de San Bartolomé, que junto al de Santo Tomas, el Seminario y la Escuela de Medicina formaban la universidad del primer distrito.
Escritor, poeta, dramaturgo, colaborador y fundador de varios periódicos, congresista y ante todo un hombre cabal, combatió contra el general Melo. Casado con Soledad Acosta, de cuya unión hubo tres niñas, sin descendencia. Dejó una vasta bibliografía y sus memorias las denominó: “Historia de una Alma. Memorias íntimas y de historia contemporánea”. Falleció un 22 de julio de 1888 en Anapoima, Cundinamarca.
La ciudadela universitaria:
Luego de pasar muchas vicisitudes por los continuos cambios de gobiernos e intereses políticos y religiosos. “Años más tarde, en los años veinte, la Universidad reaccionó recogiendo los ideales del movimiento universitario de Córdoba hasta renacer con nuevo ímpetu bajo la República Liberal, gracias a las orientaciones de la concepción intervencionista del Estado y al liderazgo del presidente Alfonso López Pumarejo” (7).
En la exposición de motivos del proyecto de ley donde se rinde homenaje a la Universidad Nacional resalta que “el Presidente Alfonso López Pumarejo en su gobierno le dio un mayor impulso a la Universidad Nacional, pues para él era pieza clave en el proyecto modernizador de la educación superior del país. El concepto de universidad nueva no era otra cosa que la visión de López para realizar una reforma de la universidad que se convirtiera en uno de los más importantes mecanismos transformadores de la vida colombiana. El Gobierno reconoció que el Estado debía tener una Universidad Nacional fuerte, cohesionada y de calidad que sirviera de eje universitario para el país, del cual fuese su organismo rector y en la que se formaran las clases dirigentes de la sociedad; convirtiéndola en un vínculo de unidad nacional y órgano de contacto entre la nación y la cultura universal. Gracias a este empeño del Presidente López el Congreso de la República expidió la ley orgánica de la Universidad Nacional de Colombia número 68 de 1935, con la cual el Gobierno, además de llevar a cabo toda una reforma académica de la Institución, emprendió la construcción de la Ciudad Universitaria que permitía reunir las Escuelas dispersas por toda la ciudad en un solo campus universitario diseñado especialmente para generar una relación efectiva entre las distintas áreas del conocimiento” (8).
Es tanta la relevancia histórica de la “Ciudad Universitaria o Ciudad Blanca”, que “ diecisiete de sus construcciones han sido declaradas monumentos nacionales u son representativos de la arquitectura colombiana de los últimos sesenta años”, por “El carácter suburbano del campus, proyectado desde 1936 por el pedagogo Fritz Karsen y el arquitecto Leopoldo Rother, hacen que se constituya en un verdadero laboratorio de la arquitectura nacional”. (9).
Alfonso López Pumarejo:
Nació en Honda el 31 de enero de 1886, en ese entonces emporio comercial de Colombia. Aunque su madre le inculco las primeras letras, fue en Bogotá donde realizo sus estudios primero en el colegio de los Hermanos Cristianos, luego en el Liceo Mercantil. Profesores de la talla de Cesar Julio Rodiguez, Juan Manuel Rudas Lorenzo María Lleras, Camacho Carrizosa, Miguel A. Caro entre otros despejan muchas dudas del joven que años después ocupara en dos ocasiones el solio de Bolívar.
“Vivio su infancia en Honda hasta 1893 cuando la familia se traslado a Bogotá donde ocurrió la muerte de su madre, a los 28 años. A principios de 1901,viajo a Inglaterra a continuar sus estudios en el London School of Economics and Polotical Science, enfocándose en los temas financieros. Posteriormente viajo a los Estados Unidos donde adelantó estudios de economía y comercio en la Packard School de Nueva York. Nunca obtuvo un título profesional si bien su preparación en el exterior le permitió tener una visión más contemporánea del mundo de la economía y la política; volvió a Bogotá, empezando a colaborar en los negocios de su padre (la prestigiosa Casa López) llegando a emprender la fundación del Banco Mercantil en 1918,la Casa Mercantil de Ultramar y el Diario Nacional (10).
Alfonso López Pumarejo le pico el bicho de la política, fue así que ocupo cargos como; “Diputado por la Asamblea del Tolima en 1915, Ministro del Tesoro en 1922, representante en 1925, director de el liberalismo en 1929, y en dos ocasiones presidente de la República de Colombia, en 1934 y 1942”, colaborador de los periódicos ,”El Liberal, El Republicano, y el Diario Nacional”., “Alfonso López modernizo al país al remover por primera vez la estructura económica colombiana con postulados actualizantes que permitieron un desarrollo industrial y agrícola, con el fin de facilitar la incursión en la era de la modernización, utilizándose por primera vez el concepto de “Ciencia y Tecnología” como necesidad de progreso” (11).
Los estudiosos en asuntos políticos, económicos y sociales concuerdan que el mejor gobierno que haya tenido Colombia en muchos años ha sido y será Alfonso López Pumarejo, por tratar todos los temas que beneficiaban tanto a unos como a otros en especial al pueblo colombiano, de ahí ese gran proyecto político desarrollado en su gobierno denominado la revolución en marcha.
En el año de 1959 cuando recibe el titulo de Doctor Honoris Causa de la Universidad Nacional en su emotivo discurso dice, “Si ahora la Universidad Nacional me otorga tan generosamente la Medalla del Merito Universitario, ello se debe, y no en pequeño grado a la preocupación que caracterizo mi actividad ciudadana, de dar a las nuevas generaciones la educación y la preparación que a mí me hicieron falta. La fundación de la Ciudad Universitaria no viene a ser así, y en último término, sino el deseo de un colombiano que no tuvo universidad, de que todos los colombianos que se sientan inclinados al estudio encuentren siempre un Estado que les brinde oportunidad de hacer una carrera. Y, si algo pude hacer en el servicio público dentro de la escasa medida de mis conocimientos , no vacilo en creer que ello obedeció principalmente al interés por Colombia que inspiro siempre mis empresas, y a la familiaridad que, a través de la vida práctica, adquirí con lo que suele llamarse en el idioma político “el país nacional”(12).
Ocupando el cargo de Embajador de Colombia en el Reino Unido fallece en Londres un 20 de noviembre de 1959.
La Universidad Nacional que tiene su sede principal en Bogotá, a través del tiempo ha venido extendiendo su radio de acción, es así como al día de hoy tiene sedes en Medellín, Manizales, Palmira, Amazonia, Caribe, y Orinoquia, consolidando ese gran sueño de sus gestores. Una educación pública para todos y todas en nuestro país. Por eso al conmemorar La Universidad Nacional su Sesquicentenario, es un orgullo para Honda, y el Tolima, que de tantos hijos que ha dado la provincia dos de ellos brillen con luz propia, uno como su fundador y el otro como el creador de la Ciudad Universitaria
Notas:
(1) Mateo Isaza Giraldo y Efe. 8 de junio de 2017. Las diez mejores universidades del país según el ranking QS. http://www.elcolombiano.com/colombia/educacion/las-mejores-universidad-de-colombia-segun-el-ranking-qs-DF6689041
(2) http://www.unal.edu.co/contenido/sobre_un/sobreun_resena.htm
(3) Ibid .
(4) Villegas, Luis Javier. Santa, Eduardo. Cubides, Fernando. Compilado por Estela Restrepo Zea .(2004) La Universidad Nacional en el siglo XIX, Documentos para su historia. Escuela de Literatura y Filosofía. Facultad de Ciencias Humanas UN. Bogotá. Paginas ; 15 y 16
(5) http://www.legal.unal.edu.co/sisjurun/normas/Norma1.jsp?i=34584
(6) Samper, Águdelo José María. (1881). Historia de una Alma. Memorias íntimas y de historia contemporánea. Imprenta de Zalamea Hermanos. Bogotá. Pagina 455
(7) http://www.unal.edu.co/contenido/trayectoria_historica.html
(8) http://leyes.senado.gov.co/proyectos/images/documentos/Textos%20Radicados/proyectos%20de%20ley/2016%20-%202017/PL%20242-17%20Honores%20Universidad%20Nacional.pdf
(9) http://unal.edu.co/menu-principal/la-universidad/historia/
(10) https://es.wikipedia.org/wiki/Alfonso_L%C3%B3pez_Pumarejo
(11) http://www.unperiodico.unal.edu.co/dper/article/alfonso-lopez-pumarejo-el-presidente-del-siglo-xx.html
(12) Aníbal Noguera Mendoza. Aproximación a Alfonso López. Tomo I. 1986. Bogotá. Pág. 459
