¿Cómo hacer una evaluación acertada de estos dos años de Gustavo Petro sentado en la presidencia?
La pregunta tiene más complejidad que la que pareciera a simple vista por la sencilla razón de que Petro no llegó a gobernar sino a destruir la democracia. Su estrategia es completamente distinta. Su verdadero propósito es abusar del gobierno que cayó en sus manos para imponernos un régimen que apelmace sus obsesiones ideológicas, sus resentimientos personales y sus ambiciones desaforadas. Igualito que en Venezuela.
Luego la evaluación de los dos primeros años de Petro no puede hacerse con la misma metodología de siempre: que si se raja o se salva en economía, que si se salva o se raja en seguridad, que si se raja o se salva en infraestructura… que cómo le ha ido en la gestión administrativa o en la percepción pública sobre sus ministros. No, no es por ahí.
Si logramos comprender a cabalidad que la verdadera estrategia de Gustavo Petro consiste en la provocación de crisis en distintos sectores clave, entonces podremos ser coherentes que lo que es preciso evaluar es cuánto logrado avanzar en su camino de destrucción.
Evaluar, por ejemplo, que no ha avanzado ni un milímetro en el tren elevado de Buenaventura a Barranquilla, que prometió en campaña, es más lo que distrae que lo que aporta. Ponernos a evaluar que el único colegio que le ha sumado al sistema de educación fue el que le legalizó a las Farc en Caquetá no nos aporta mucho.
Lo que sí me parece muy importante es que abramos los ojos frente a cómo avanza su estrategia de destrucción y crisis porque de ella sí que depende que los colombianos logremos salvar al país o no.
Tenemos que evaluar, como primera medida, qué tanto ha avanzado Gustavo Petro en su estrategia de milicianización, la que contempla la destrucción de las fuerzas armadas y la concesión del control territorial a las organizaciones criminales en las regiones porque de ella sí depende que sepamos si este país aguanta dos años más o si corremos el riesgo de colapsar.
Tenemos que evaluar qué tanto ha avanzado en su estrategia de destrucción de la economía, comenzando por medir qué tanto ha logrado minar la confianza entre los empresarios sobre su anhelo de invertir en nuestro país versus medir qué tanto ha logrado estimular y proteger a las economías ilegales y a las organizaciones criminales que las dirigen.
Tenemos que mirar si va a poder avanzar en la destrucción del sector privado del sistema educativo de la misma manera que destruyó el sistema de salud.
Creo que este es el sentido en que debemos hacer la evaluación de estos dos años del gobierno Petro.
Y claro, cómo no, también debemos ser coherentes en evaluar qué tanto ha avanzado en su estrategia definitiva de atornillarse al poder.
¿Será qué es capaz de colapsar el sistema electoral para que no haya elecciones en 2026?
¿Será qué es capaz de colapsar el sistema electoral para que no haya elecciones en 2026?
¿O será que es capaz de expandir aún más el control territorial de las organizaciones criminales con el fin de dominar a punta de violencia y fraude, al igual que en Venezuela, los procesos electorales?
Esta es la metodología que seguiremos en el especial sobre los dos primeros años de Petro en nuestro CívicosLive del próximo miércoles 7 de agosto.
Lo importante no consiste en evaluar si Petro es buen o mal presidente. Colombia ya tiene claro que estamos ante el peor gobierno. Lo verdaderamente importante radica en que tengamos claro el tamaño del riesgo que corremos y saber si seremos capaces de salvar a Colombia o no.