Están en todo su derecho, pero…
Opinión

Están en todo su derecho, pero…

Los hermanos de Garzón tienen todo el derecho a no compartir la puesta en escena, y los detractores de Timochenko a amargarle sus giras, pero en ambos casos hay tela por cortar

Por:
febrero 09, 2018
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He estado siguiendo la serie de RCN Garzón Vive y me ha encantado. Entiendo que a la familia de Jaime no le guste. Si nos ponemos en su lugar seguramente preferiríamos una versión menos humana de nuestro hermano sacrificado por hacer pensar a Colombia. Tal vez estaban esperando una versión casi idílica de su vida, un documental que enalteciera su trayectoria y esto no es lo que están proyectando.

Lo que la serie muestra, y lo advierte en cada capítulo, no es una biografía, ni un documental, es una obra de ficción inspirada en la vida de Garzón. Ficción que tiene necesariamente que tomarse algunas licencias artísticas y dramáticas, pero que sigue con cierta rigurosidad su historia, utilizando grandes actores y que ha hecho un valioso esfuerzo por mostrar la complejidad de una familia, una época y una personalidad. Eso es algo que hay que destacar, sobre todo como alternativa a las múltiples series estereotipadas de mafiosos, cantantes y reinas de belleza con que llenan día a día la parrilla nuestra televisión.

En lo que va de proyectado, encuentro un tratamiento respetuoso de su mirada crítica frente a la sociedad y el poder. Inclusive a los “compañeros” del grupo de estudios revolucionarios no los caricaturizan. Por lo menos se intenta una aproximación más compleja de lo que significó la izquierda en ese momento. Basta ver el episodio donde las fuerzas del Estado detienen a su novia Soledad en pleno Estatuto de Seguridad para descubrir como se presentan las duras realidades de las desapariciones, torturas y malos tratos por parte del gobierno de Turbay.

Siendo el canal RCN no propiamente ejemplo de avanzada política, resulta reconfortante este cambio de mirada bajo de dirección de Sergio Cabrera, una persona que ha dado muestras de ser progresista y crítico.

 

¿Que el rating no ha favorecido esta producción?
Pues claro, si es todo lo contrario a lo que nos tienen acostumbrados
con dosis altas de violencia, sexo y mafia

 

¿Que el rating no ha favorecido esta producción? Pues claro, si es todo lo contrario a lo que nos tienen acostumbrados con dosis altas de violencia, sexo y mafia. Aquí hay ternura, risa, reflexión y sobre todo actuaciones memorables y tratamiento estético notable. ¡Bien por Cabrera, bien por RCN! Ojalá no se arrepienta y decida sacarla del aire. Los hermanos de Jaime tienen todo el derecho a no compartir la puesta en escena, pero deberían por lo menos reconocer que a pesar de los errores que le han señalado, la serie no es una caricatura, ni una burla a ese gran hombre que fue Garzón.

Por otro lado, también tienen todo el derecho de protestar contra Timochenko las personas que le han amargado sus giras de campaña por varios departamentos. Timo, recibió este rechazo con altura, reconociendo que no es fácil su tránsito de guerrillero a político, pero seguramente con el paso de los días y el recrudecimiento de las protestas, va a exigir que le den garantías para hacer su proselitismo.

 

Timochenko no es Mandela que salió después de muchos años de cárcel
a hacer campaña presidencial.
Ni Mojica que pagó cárcel y esperó varias décadas antes de regresar a la política

 

Estamos frente a una encrucijada de las tantas que se presentan y se presentarán en el posconflicto. Dejar hacer política a los guerrilleros implica una dosis alta de generosidad pues es en el terreno práctico donde se pone a prueba el perdón de los colombianos y, al parecer, hay todavía mucho trecho por andar para que se consolide ese perdón.

Timochenko no es Mandela que salió después de muchos años de cárcel a hacer campaña presidencial. Tampoco es Mojica que pagó cárcel y esperó varias décadas antes de regresar a la política. No, el señor Rodrigo Londoño dejó las armas para empuñar enseguida un micrófono. Y eso tiene un costo alto que tendrá que pagar con el rechazo popular. Entiendo esto, pero lo que no entiendo es que sea de manera agresiva, inclusive peligrosa para la integridad del candidato y sobre todo que sea un grupo político en campaña el que aproveche esta circunstancia para enfurecer las masas y buscar réditos electorales. Eso no le hace bien a nuestra democracia.

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