La historia se repite una y mil veces…recordemos que Europa vivió 8 siglos de guerra contra los musulmanes debido al fanatismo religioso; hoy, ese fanatismo está carcomiendo como un cáncer miles de hogares en Colombia en particular y en el mundo en general.
Hace algunos días observamos con preocupación, cómo ciudadanos del municipio de Valparaíso al sur del Caquetá, impedían a la fuerza la entrada a su pueblo de algunos pastores pentecostales…averiguamos por qué y palabras más palabras menos, lo que nos dijeron es la radiografía de lo que está ocurriendo en la mayoría de los pueblos del Caquetá. Veamos…
Aseguran nuestros amigos que los tales pastores han convertido en un negocio muy lucrativo la religión y que de paso están lavando el cerebro de cientos de jóvenes de los últimos grados de secundaria, sembrándoles la idea que no necesitan estudiar más, que para qué ir a la universidad si Dios lo va a proveer de todo.
Aunque parezca increíble, dicen nuestros amigos, muchos jóvenes llegan a creer ciegamente y al pie de la letra tamaño despropósito causando un verdadero pánico en las familias donde los padres ven impotentes, cómo su hijos e hijas adolescentes ya no obedecen las autoridades de la casa, solo creen y obedecen lo que les dicen sus pastores, pierden su interés en el estudio, hasta el apetito para seguir como zombis a los tales pastores que se inventan todo tipo de actividades con los chicos para tenerlos ocupados y a su vez explotarlos en bazares y todo tipo de actividades cuyo producido va directamente al bolsillo de los pastores que en muy poco tiempo resultan con grandes construcciones, carros de alta gama y toda clase de lujos.
Mientras tanto los padres de familia ven con verdadero pánico cómo sus hijos, en especial las niñas, cambian su forma de ser, se vuelven díscolos, se la pasan día y noche en actividades supuestamente beneficiosas para ellos, pero en realidad dañinas porque están acabando con los años más importantes de sus vidas, los del ingreso a la universidad y todo lo justifican con interpretaciones acomodadas de la Biblia: “Estudiar para qué si el Señor nos da todo”, es el aterrador silogismo que dan como respuesta cuando se les cuestiona sobre sobre su futuro.
No podemos asegurar que dicho mal se esté presentando en todas las sectas religiosas que hoy proliferan en pueblos y ciudades con nombres rimbombantes, como “La Iglesia del último grito” o “La última piedra de la felicidad”, porque algunas de estas sectas en realidad buscan el bienestar de las gentes, pero lo que si es cierto porque lo hemos comprobado con algunas familias, que esto del fanatismo religioso se está incrustando peligrosamente en los hogares colombianos llevando al caos a muchas familias en las cuales un hijo o una hija con un brillante porvenir, de un momento a otro abandonan sus ideales y se convierten en robots de sectas religiosas que los utilizan para medrar económicamente destruyendo su futuro. ¿Estamos o no frente a un fanatismo religioso?