Y los millonarios ocultan la oscura trama, en otras palabras, la componenda de cómo se han hecho pudientes y de cómo han llegado a ser como son.
La occidentalización de la ciudad tiene que ver con los barcos a vapor, los ferrocarriles, las reformas. Kemal Bajá Atarturk Mustafa convirtió a Turquía (1923) en una república secular que abolió las instituciones islámicas. Más en los años de adolescente en la ciudad la decadencia. Pamuk, no se adapta a la vida de estudio. No asiste a clases y, en lugar de ello, se dedica a pintar y leer.
Y el joven se enamora de una chica. Y con ella camina por la ciudad, visita museos, recorre el Bósforo. Pero de pronto ella desaparece porque viaja al extranjero. En conversaciones con la madre Orhram mira el futuro. La mamá insistía en que debía adquirir un título universitario. En cuanto al mañana, la madre comentaba que no tenía porvenir como pintor, probablemente en Europa podía ser un artista.
Pero en Estambul de seguro llegará a ser un caso perdido, un loco. Por ese tiempo llegó a saber el pintor que la joven, la familia la envió a Suiza por el temor al imaginar que se casara con un pintor y que viviría en la miseria. “Ser pintor no ofrece un camino bueno. Allí -en Europa-no tratan a los artistas como si fueran fontaneros o artesanos sino como gente especial”.
Pero en Estambul, ¿a quién le interesa la pintura? No hay futuro como pintor y, en la misma Europa los artistas son parias, como es el caso de Van Gogh y Gauguin. Le Corbusier abandonó la pintura e inició estudios de arquitectura.
Orhram en la boca del lobo. No sigue el camino de la familia burguesa, dedicada al acrecentamiento de la riqueza. Tampoco quería ser arquitecto. No le interesaba adquirir un título universitario. Manchaba lienzos, papel y discurría: la pintura es dibujar con colores mientras que escribir es pintar con palabras.
“No voy a ser pintor –dije– Seré escritor”.