John Rojas Cabrera (gobernador de Nariño) y Germán Chamorro De La Rosa (alcalde de Pasto) realizan un prudente llamado a la sensatez en el sentido de no utilizar pólvora en nuestras fiestas navideñas. Una costumbre que se repite cada año debido a falsas y absurdas creencias de paz y prosperidad. Cada estallido es el testimonio de una inconsciencia ciudadana que pone en riesgo la vida y la integridad de nuestra familia.
A pesar del constante llamado a no utilizar pólvora por los riesgos que representa, aún son muchos los necios e insensatos que se aferran a una tradición que lo único que deja como secuela es contaminación ambiental y auditiva, lesiones personales, destrucción urbanística y caos, además de graves y urgentes atenciones médicas.
Niños, adultos, hombres y mujeres que en su afán de creer en agüeros heredados de sus mayores gastan importantes recursos en la compra de pólvora de dudoso origen y de un peligro fatal. Escenas dantescas de niños quemados o de adultos afectados en sus manos y rostro se repiten cada año en un escenario que fácilmente se podría evitar siendo tan sólo sensatos y practicáramos el sentido común.
Para muchas especies significa la misma muerte. Desorientación de aves y abandono de sus nidos o refugios, pérdida de su orientación, taquicardia, lesiones de sus oídos y un sufrimiento inimaginable. Una tortura que se prolonga y cuyo efecto es mortal para estas especies que sufren las secuelas de la inconsciencia humana.
Llegó la hora de superar este trauma y entender que la alegría no tiene por qué constituirse en el sufrimiento de otros seres. La felicidad es verdadera cuando todos disfrutamos de un sentimiento sin perjudicar a seres inocentes y buenos.
En lo corrido de este año ya son muchos los quemados y afectados por el uso de la pólvora; las estadísticas de 2020 fueron superadas en el 2021 y desafortunadamente anuncian nuevas tragedias y lesiones.
Cada uno de nosotros podemos ser la diferencia, aprender de tanta tragedia y evitar la quema y alteración de la paz que debe reinar en estas épocas. Si queremos quemar un año viejo, pues hagámoslo en unión de nuestra familia, sin pólvora, sin cohetes ni diablillos o papas que estallan como anuncio de muerte y desolación. Podemos utilizar un pequeño muñeco ecológico, que no contamine ni altere los estados de ánimo y que no ponga en riesgo la vida misma.
Basta un abrazo para estallar de alegría y rebosar de emoción. Puede ser con uvas, una copa de champaña o simplemente con un abrazo y una palabra que genere emoción y felicidad.
Hagamos la diferencia, este año digamos no a la pólvora en nuestros hogares y en nuestro barrio o cuadra. Preservemos la vida, respetemos la existencia y tranquilidad de todos los seres y especies. !Que esta navidad y año nuevo sean verdaderas noches de paz, donde todo cante en silencio a nuestro alrededor!