Los creadores de riqueza e igualadores globales van por lo que les resta por tener. Y lo hacen sin agüero. Pero no es tan nuevo el gesto rapaz. Antes Soros, Buffett y otros hijos epónimos de la jungla han, con gesto contrito, confesado que en proporción pagan menos impuestos que sus apéndices secretariales. Pero esos no son sino saludos a la bandera.
Pues cuando se reencuentran en Davos, Bilderberg, ¿dónde más?, vuelven a las andadas. A idearse la manera de eternizar la expoliación mediante medidas con nombres ininteligibles, pero consumibles.
Estados Unidos, campeón mundial de la lucha contra el lavado de activos, se ha propuesto convertirse en la sede paradisíaca de los "paraísos fiscales", como cualquier islote saurio, vrgr, Delaware, adonde dicen que fueron a parar los 70.000 millones de la minabudinen donados a Centros Poblados.
Alguna vez que Noam Chomsky estuvo en la siempre adorada por los colombianos Bogotá expresó que el verdadero fondo de la pelea del gobierno de su país contra las drogas psicoactivas era su pretensión de quedarse con el pudín completo del negocio, y no solo con las 3/4.
Eso de abrir guardaderos de dinero en su territorio, a la manera de los deshuesaderos de carros, pareciera apuntar en aquella dirección.
Veo en registros periodísticos alusivos al tema de esta glosa que el nombre de la canciller también rueda sobre el verde césped, y me vino a la mente aquel inolvidable eslogan de una cadena radial que en los sesenta y setenta arengaba con un: "Ahí donde hay deporte, ahí estamos", traducido al caso bajo examen, ¿sería así?