Muchas veces se ha dicho que es imposible una solución que implique un solo estado para palestinos e israelíes, las diferencias culturales, la barrera del idioma y, sobre todo, la intolerancia que ha venido sembrándose hace décadas y que ha desencadenado guerras, miles de muertos, invasiones, asentamientos, privación de los derechos humanos. etc. Si en un futuro que no parece cercano se lograra implementar un acuerdo de dos estados, tendría consecuencias positivas: por fin algo de justicia para Palestina, el tener una nacionalidad, libertades y derechos. Pero también negativas como, por ejemplo, los refugiados palestinos, que han estado viviendo en campos de refugiados en países vecinos como el Líbano, Siria, o Jordania desde hace 67 años y que no tendrían la posibilidad de retornar a sus tierras
Sin embargo, tras el fracaso de las varias veces propuesta creación de dos estados por parte del estado de Israel, que existe oficialmente desde 1948, tras el fracaso de los diálogos por las dos infatidas palestinas y los acuerdos de Oslo, la solución de un solo estado para los dos pueblos no solo es factible, sino, además, es una realidad. Actualmente hay un territorio donde conviven estos dos pueblos y donde cada vez hay menos espacio para los árabes no palestinos, árabes palestinos, y palestinos que viven en territorio israelí, hablan hebreo e interactuan a diario con judíos como los que están en territorio palestino (franja de Gaza y Cisjordania) todos son gobernados por Israel y viven bajo sus condiciones.
Las declaraciones del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en las cuales aseguraba que los palestinos eran los verdaderos culpables del holocausto, ya que un líder habría sido el encargado de convencer a Hitler de que "quemaran a todos los judíos", intentan justificar lo injustificable, ignorando que algunas de las políticas que implementa contra los palestinos son parecidas a las que utilizaban los nazis guardando las proporciones. Israel pasó de ser la víctima a ser el victimario, desde el discurso que dio el sionista losef Weitz en 1940, los judíos tenían claro que no podían compartir "sus tierras" con los árabes, y que la solución era sacarlos a todos, trasladándolos a países vecinos como Irak y Siria, para poder cumplir con su objetivo.
Si bien Estados unidos brindó su apoyo militar y económico a Israel años atrás durante la Guerra Fría para tener un aliado en la región cuando la Unión Soviética apoyaba a países árabes como Siria o Egipto es importante preguntarnos por qué Estados Unidos continua apoyando militarmente a Israel ahora que ya no existe la Unión Soviética. Sin el apoyo de EE.UU. Israel quedaría casi desvalido, pero eso no ocurrirá debido al peso del lobby judío en Norteamérica y porque es un país diferente en medio del mundo árabe.
¿Por qué los países árabes como Arabia Saudita que tendrían el poder y el dinero para luchar contra Israel y defender la causa palestina no lo hacen? Tras la guerra de los seis días en 1967 y haber perdido por tercera vez la posibilidad de liberar a Palestina, lo han dejado en el olvido. Si bien Israel y Arabia Saudita son "enemigos", los dos son aliados de EE.UU y actualmente se apoyan ante adversarios que tienen en común como Irán. Los países del golfo, con gran influencia y poder, tienen relaciones comerciales, políticas y económicas con Occidente, generando que muchas veces terminen oprimiendo y dándole la espalda a sus habitantes para mantenerse en el poder. También por ello se han olvidado de Palestina, dejándolos prácticamente solos en su batalla de tener un estado propio.