Estado grande, corrupción gigante

Estado grande, corrupción gigante

"Cada vez que usted le exige al Estado y al político que le brinde un servicio 'gratis', le está otorgando más poder sobre usted y los suyos"

Por: Andrés Peña Molina
julio 24, 2019
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Estado grande, corrupción gigante

Quiero advertir al lector que para efectos del presente artículo es necesario que entienda al político como el típico politiquero colombiano. Dicho esto, comencemos:

Los colombianos tenemos un problema y es que seguimos pensando que el político de turno es la solución y que si no sirvió este, servirá el otro porque tiene un discurso distinto, porque pertenece a otro partido, porque es hijo de tal familia, porque es de izquierda, porque es de derecha y una innumerable cantidad de razones que siempre invocamos antes de los comicios. Pero mientras se siga razonando de este estaremos encerrados en este eterno círculo vicioso porque el problema son los políticos en sí, el problema es que dependemos enormemente del Estado. El Estado tiene demasiado poder y esto se refleja en la cantidad de servicios públicos que tiene a su cargo y la cantidad de entidades públicas que existen con funciones en ocasiones superfluas.

Los políticos en campaña se muestran como la novedad, el cambio, la renovación, la solución, pero cuando están en gobierno, son lo mismo, la burocracia, la lentitud, la ineficiencia, la corrupción, una constante y chocante burla al pueblo. Todos prometen lo mismo, es una frase del cotidiano, pero de lo que no somos conscientes es que todos quieren cada vez más que dependamos de ellos, por eso, ofrecen cada vez más servicios, pero la realidad ha demostrado y sigue demostrando que el político y el Estado son un pésimo chiste de mal gusto a la hora de administrar el dinero.

El problema de nosotros los colombianos es que cada vez más le confiamos y le exigimos a un Estado ineficiente, corrupto y derrochón la administración de dineros públicos, ampliando un arca pública la cual se hace más asequible y exquisita para el inescrupuloso politiquero. Se preguntará el lector por qué digo ‘"exigimos" y la explicación es sencilla: cada vez que le pedimos al Estado más servicios públicos a su cargo, tales como la salud, la educación, la vivienda, la infraestructura, cultura, recreación etc., inconscientemente le estamos diciendo: ‘’Señor Estado recaude más impuestos’’ (porque el contrario de lo que algunos sectores políticos piensan, de algún lado se tiene que financiar estos servicios, y este financiamiento vienen de su bolsillo y del mío) La consecuencia inmediata es que cuando este Estado recauda más impuestos, obtiene más poder y hace a los ciudadanos más dependientes de ese aparato burocrático. Es por esta razón que servicios tan elementales y prioritarios como nuestra salud, y todos los demás servicios a cargo del Estado depende de ese lento y engorroso papeleo, de funcionarios perezosos, corruptos e ineficientes.

El problema de darle tanto poder al Estado es que al ser dineros públicos hay poca o nula conciencia del gasto. Es por eso que como el dinero no se siente propio, no se gasta eficientemente, y cuando se lo roban, se derrocha y no se escatima un peso para invertir en cosas innecesarias. Otro sería el escenario donde el funcionario público tuviese que decidir sobre la inversión de su propio dinero.

Si me preguntan cuál es la solución, mi respuesta inmediata sería una reducción drástica del gasto público y reducción del tamaño del Estado, eso sí progresivamente. La sociedad tiene capacidad de autoorganizarse, dejando al Estado reducido a servicios públicos propios de su naturaleza como la seguridad y la justicia, y con funciones de vigilancia y protección de los derechos fundamentales, pero mientras se siga comportando como una empresa con dineros ajenos, todo seguirá igual. Si alguien no está de acuerdo lo invito a reflexionar si quiere que su dinero lo siga administrando alguien a quien no le duele derrocharlo y robarlo. Recuerde que cada vez que usted le exige al Estado y al político que le brinde un servicio "gratis", le está otorgando más poder sobre usted y los suyos.

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