El 7 de agosto de 1922, en el barrio Montes de Barranquilla, se jugó el primer partido de fútbol en la historia de Colombia. Allí, en el “Campo Boyacá", conocido ahora como el Estadio Moderno Julio Torres, los equipos Colorado y Azules fueron pioneros de un deporte que, aunque por ese entonces no generaba ningún tipo de pasión en el país, con el tiempo pondría a latir el corazón de millones de colombianos. En ese césped, sin siquiera quererlo, inició la historia del fútbol colombiano y se le dio vida al primer estadio de Colombia.
🏟️| Barranquilla “Cuna del Fútbol Colombiano"
— Los Herederos de Micaela 👵 (@LHDM1923) April 8, 2020
🔙 El estadio moderno no sólo fue el primer escenario construido en Barranquilla, sino que también es el primer estadio de Colombia :https://t.co/oOBv719SqW#QuédateEnCasa #MartesDeHistoria🏅 #VamosJunior🔴⚪🔵 pic.twitter.com/FPudabg3ft
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Campo Boyacá, el lugar que se volvió el primer estadio de Colombia
La historia del estadio Moderno Julio Torres inició en los años 20 cuando se llamaba Campo Boyacá. Situado en el barrio Montes de Barranquilla, ciudad por donde muchos creen que ingresó el fútbol al país, su apertura se dio en 1922 cuando apenas tenía unas pocas gradas y su cancha no cumplía con los estándares del fútbol profesional por ese entonces. Casi de inmediato, se convirtió en el sitio de reunión de los nuevos “amantes del fútbol” que, cautivados por este innovador deporte, se daban cita para hacer los famosos picaditos de barrio y entrenar.
Así fue como entre 1925 y 1926, el alcalde de Barranquilla por ese entonces, Julio Montes, vio en el Campo Boyacá un trampolín para desarrollar el deporte de la región, y entonces lo convirtió en el “Stadium Moderno”, momento en el que se consideró como el primer estadio de Colombia, idea que se ratificó cuando la selección de Costa Rica vino a jugar a su césped frente a la selección del Atlántico. Los locales ganaron 4-1 y desde ese momento se convirtió en el formador de estrellas de carácter nacional como Roberto Meléndez o Efraín ‘El Caimán’ Sánchez.
Cuna del fútbol colombiano, primeras leyendas y la visita de Pelé
Durante los primeros años, el Estadio Moderno vivió una época dorada, digna del que se convertiría en la cuna del fútbol en Colombia. Con la fundación del Junior en 1924 y la ratificación de la Liga del Atlántico como un campeonato serio, el escenario deportivo empezó a recibir más equipos y, por consiguiente, más hinchas. En un momento donde el deporte era aficionado en el país, el coloso le dio ese carácter profesional, acogiendo partidos de ámbito nacional e internacional y sirviendo como el semillero de las primeras promesas del país.
Fue tal su importancia, que en 1936 se gestionó su primera remodelación, añadiendo tribunas con techo, palcos y cabinas para los periodistas. Todos los domingos, jugadores como Romelio Martínez, Julio Torres, César De la Rosa y demás futbolistas pioneros del balompié en la arenosa, encantaron con sus jugadas e, incluso, cuando el Junior se mudó de casa en 1944, al estadio municipal, el coloso siguió funcionando como escenario para la Liga del Atlántico y para competencias menores del fútbol de la región.
Aun así, el momento cumbre del Estadio Moderno se vivió en los años 70, no solo porque en ese momento pasó a llamarse Julio Torres, como uno de los delanteros leyenda del Junior en su época aficionada, sino porque fue visitado en 1975 por el mismísimo Pelé, quien pisó su cancha durante 30 minutos y, a las afueras del estadio, tuvo el honor de destapar una placa conmemorativa que decía “Visita oficial del rey Pelé a Barranquilla” y en la que se ratificaba al primer estadio de Colombia como la cuna del fútbol en el país.
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El abandono, la familia De León De la Hoz y la resurrección del Estadio Moderno Julio Torres
Tras ser el escenario deportivo favorito para los barranquilleros, finalizando los años 70, el Estadio Moderno Julio Torres empezó a ser relegado e, incluso, fue habitado por una familia durante 40 años. Juan de la Hoz, quien fue el celador del recinto cuando empezó a quedar en el olvido, lo eligió como su casa y allí vivió hasta su muerte, en 2011. Ahí tuvo a su hija, Luz Marina de la Hoz, y luego recibió a su yerno, Jairo De León. Las oficinas del estadio se convirtieron en los cuartos, la cocina, la sala, el baño, y la cancha pasó a ser el patio de la casa, con cuerdas para tender la ropa.
Fue tal el abandono que sufrió el primer estadio de Colombia, que en 2014 la Alcaldía de Barranquilla decidió darle el golpe final y lo cerró por completo, debido a que “la debilitación de la infraestructura amenazaba con causar accidentes a los jugadores y aficionados” según comentó el periodista John Romero para el periódico El Espectador. Y es que, aun cuando sus condiciones no eran las mejores, por ese entonces el Club Deportivo Rebolo jugaba en la cancha del estadio y los jugadores eran acompañados por sus amigos y familiares.
Sin embargo, toda ave fénix tiene su resurrección y con la elección de Barranquilla como sede de los Juegos Centroamericanos y del Caribe en 2018, el Estadio Moderno Julio Torres volvió a ser visto y elegido como una de las sedes del evento. En 2016, la familia De León De la Hoz fue reubicada y se llevaron a cabo obras de remodelación que costaron 9 mil millones de pesos. En las gradas se puso silletería, el césped natural se cambió por artificial y el coloso de la calle 30 volvió a brillar. Allí ahora se disputan torneos regionales y juveniles y, como antaño, allí es donde aparecen las nuevas promesas del fútbol colombiano.
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