Ni cuando era niño y me dio la gripa asiática había tenido una peste igual. En aquella época ayudábamos al eucalipto y el Vaporub con Mejoral. No existían ni las allegras antialérgicas de ahora ni los antibióticos se usaban. Me agoto estornudando una y otra vez porque cuando son más de 5 veces seguidas me da arritmia. La tos no es de perro viejo pero no me deja conversar y cuando en la madrugada arrecia, me produce tal dolor de cabeza en el lado izquierdo del cerebro y me afecta tanto el oído que me dañó el zika hace 9 años, que siento y valoro lo que pesa tener 77 años y aún estar vivo.
Hoy ha mermado un tanto la tos y me ha permitido grabar esta crónica haciendo solo cuatro pausas, pero ayer no me dejaba ni contarle a los médicos como me sentía porque interrumpía mi cascada de palabras. Los mocos son por litros y asustan tanto a quienes se asoman por la ventana para comprobar si aún estoy vivo y me ven llenar cestos de basuras con papel higiénico, que parecen diarrea y, para no deshidratarme por la nariz, estoy tomando botellitas de Pedialyte como si hubiese cambiado el hocico por el fundillo. El dolor de garganta se volvió ardor y me lloran los ojos a borbotones como a la Dolorosa popayaneja que sacaban en las procesiones de Semana Santa en Tuluá. Es tan llorona la gripa que me estorba mucho para leer y hasta para ver YouTube en el televisor. Tengo que respirar por la boca como los peces de acuario porque los mocos no me dejan usar los alvéolos. El acetaminofén le hace cosquillas al dolor de cabeza y el allegra 180 que me ha controlado mis rinitis diarias es hoy en día un saludo a la bandera.
Me he tomado juiciosamente todo el coctel de medicamentos que me recetó el mago de Jimeno pero solo espero, como las antiguas abuelas, que la gripa madure. Mientras tanto trato de no levantar el brazo izquierdo más allá de donde pongo el vaso de líquido que tomo por barriles porque me duele inmediatamente la paleta, como si hubiese estado levantando las mancuernas que Osquitar López sigue alzando para tener perfil de cincuentón cuando ya llega a los 80.Y si me apoyo mucho en la nalga derecha cuando me voy a levantar de la reclinomática, no me ayuda ni el bastón que desde hace meses estoy usando y debo sacar fuerza motriz de donde no la tenga.
En un par de horas me entregan el resultado del PCR (finalmente dio positivo). Si sale positivo no cambia nada porque seguiré tomando los mismos medicamentos y esperaré que las tres vacunas me ayuden al paso de las horas y a la resistencia pese a mis años. Solo que bautizaré esta horrorosa gripa y tendré que decir que me pringaron. Eso sí, le he pedido a mis médicos que no me hospitalicen para no correr el riesgo que me intuben. Que me dejen terminar en mi cama con mi pimpina de oxígeno mientras me voy yendo. No sé cuándo volveré a escribir, así como estoy no puedo